Descubre la leyenda japonesa de los árboles sagrados Goshinboku y las bestias

Al pie del monte Fuji, se encuentra el sagrado santuario Fuji Sengen Jinja, donde los ancestros reposan y son venerados. Los enormes árboles Goshinboku con más de 1000 años de antiguedad, rodean y protegen el templo y encierran la magia de una vieja leyenda conocida en todo Japón.

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Cuentan los ancianos que durante el Japón feudal en un acto de rebeldía, los fantasmas y monstruos comenzaron a vagar libres por la Tierra. Estaban cansados del rechazo de los humanos y decidieron sembrar el caos y el terror para así poder vengarse de la raza humana que tanto los despreció. Los hombres, desesperados, pidieron ayuda a los únicos seres sobrenaturales capaces de detener la destrucción de los monstruos; los cuatro guardianes de los puntos cardinales.

Y así fue cómo tomaron parte. Desde el Norte llegó el ave de fuego Fénix, del Sur apareció el zorro blanco Yuki-Kitsune, el dragón del Este que trae la primavera y la fertilidad y, por útimo InuTaisho, el perro sagrado guardián del viento que vino desde el Oeste.

Durante la encarnizada lucha entre bestias, los guardianes consiguieron dar muerte a la mayoría de los espíritus malvados, pero también precieron heróicamente tres de ellos, quedando con vida solo el guardián del Oeste. Antes de sucumbir y temiendo por el fin de su linaje, el perro sagrado hizo una propuesta a una joven, utilizar su último aliento para concebir con ella un hijo que en el futuro podría seguir protegiendo a los hombres.

Y así con el tiempo nació el  Hanyou, fruto del perro sagrado y de la mortal. Y que por tanto era una mezcla rechazada tanto por los humanos como por las bestias sagradas. Solo su madre lo crió como un auténtico niño y lo amó hasta el día en que falleció muchos años después y con ella, desapareció la unica persona que habia querido al niño semi humano.

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Hanyou no fue el único, tuvo un hermano mayor que era bestia pura y un hermano menor humano. En medio los dos, él representaba la virtud. Pero su hermano mayor, cruel y sin escrúpulos asesinó al hermano pequeño y pretendía hacer lo msimo con el Hanyou. Este tomó la espada y tras una temible batalla consiguió vencerlo.

Al despertar había adquirido forma humana total y así, pudo vivir una vida como mortal en la que conoció a una joven, se enamoraron perdidamente y se casaron. Pero el Hanyou cometió el error de llevar a su joven esposa al bosque después de la boda, donde le mostró su apariencia de bestia sobrenatural buscando su aceptación.

La joven horrorizada, atravesó el corazón de la bestia con una estaca, fruto del terror, dejándola clavada en el tronco del roble más antiguo que había, el Goshinboku. Después se quitó la vida esperando que sus espíritus ya purificados se encontraran en el otro mundo.

Pero eso nunca sucedió. El espíritu del Hanyou quedó sellado para siempre con el roble Goshinboku y allí permanecerá para siempre.

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