La saga de Call of Juarez da un salto al siglo XXI con The Cartel, la primer entrega no protagonizada por los hermanos McCall aunque sí por uno de sus descendientes.
Crítica de Call of Juarez: The Cartel
Por:Univision
Disponible para PC, Xbox 360 y PS3, el juego es un shooter de primera persona más que competente pero con muchos elementos por pulir.
Trama
El juego gira alrededor de tres agentes de la DEA, Benjamin McCall, Edie Guerra y Kimberly Evans.
Estos quienes a pesar de sus numerosas infracciones a la hora de defender la ley han demostrado ser de lo mejor que las autoridades tienen para ofrecer a la hora de enfrentar a los poderosos carteles mexicanos.
Estos agentes serán los encargados de enfrentar a los carteles mexicanos quienes se han vuelto lo bastante atrevidos como para declararle la guerra las autoridades estadounidenses (algunos dicen que eso es cuestión de tiempo hasta que ocurra en la realidad).
Jugabilidad
El problema principal con esta historia es que requiere más de un jugador para disfrutarse, ya que el modo single player pone a los otros dos personajes en control de una AI (inteligencia artificial) que no logra ofrecer ni la décima parte del entretenimiento de un compañero real.
Esta IA tampoco facilita ciertos retos y modos de juego diseñados para el modo co-op, y que hacen de la experiencia algo substancialmente más entretenido.
Imagen Ubisoft Entertainment
Defectos
Este descuido por parte de Ubisoft hubiera sido solucionable con unos meses más de trabajo y también lo habrían sido diversos problemas gráficos del juego que realmente le bajan la calidad a una historia que a pesar de ser simple, lo tenía todo para entretener a lo grande.
The Cartel es probablemente la entrada más débil de la saga Call of Juarez y esperemos que esta regrese pronto al viejo oeste donde ha vivido tantas aventuras legendarias, con acción, energía y muchos, muchos tiroteos.
Puntaje: 6/10- Un juego entretenido por algunas horas pero que rápidamente pierde el interés del espectador con sus escasas novedades y su continúa repetición de eventos tan innecesarios como frustrantes.