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Cosas que solo entenderás si vives MUY lejos de tu trabajo: levantarte de madrugada es el inicio de la tortura

La logística de quienes no viven a la vuelta de la esquina de su trabajo es ardua y minuciosa. Estas son algunas verdades sobre sus peregrinajes con las que probablemente te identificarás.

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Publicado 13 Sep 2023 – 03:21 PM EDT | Actualizado 14 Sep 2023 – 11:28 AM EDT
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Básicamente, trabajar a dos o más horas de tu casa es como salir de excursión cada día, pues requiere de una minuciosa logística que va desde invertir bien las horas de sueño, el menú para el desayuno y la comida (en una docena de toppers) y elegir bien lo que te vas a poner (hay que estar preparado para todo tipo de clima).

Si tú también vives muy, pero muy lejos de tu oficina, seguro te identificarás con estas experiencias.

#1 Te convertiste en la señora o señor de los toppers

La planificación para el llamado 'Godín foráneo' comienza desde el domingo, eligiendo el menú y reuniendo al escuadrón de toppers (que aún tienes con tapa). Definitivamente, optas por preparaciones que no necesiten calentarse y no sean apestosos, porque tu intención es comer en tu lugar para ahorrarte la hora de comida y salir lo antes posible.

#2 Llevas más cosas en la mochila que cuando ibas en la primaria

¿Bolsa de mano o un maletín pequeño? ¡Ni en sueños! Lo tuyo es la mochila grandota, porque sabes que cargarás con todo: la sombrilla, por si llueve; la comida, la computadora, el botiquín, el termo, chamarra (porque cuando sales aún no amanece y regresas de noche); un cambio de calzado, por si hay que correr tras el transporte; los lentes, la cartera… la vida misma.

#3 El arte de dormir donde sea... literal

Estás consciente de que las horas que dedicas a revisar las redes sociales antes de dormir se sumarán a tu eterna deuda de sueño, así que te conviertes en un todoterreno, pues lo mismo puedes dormir mientras vas de pie en el transporte, que en tus ratitos libres en la 'chamba' (sin que te cachen, claro).

#4 La lluvia, tu peor enemiga

Apenas ves el cielo nublarse y comienzas a elevar plegarias a todos los dioses que conoces porque sabes que, con apenas unas gotitas de lluvia, las dos horas de camino podrían duplicarse. Las calles se inundan, los camiones se descomponen, el metro no avanza... solo con una lancha podrías llegar a tu casa.

#5 Experto en transporte y rutas (para ahorra tiempo)

Ni Google Maps o Waze conocen tantas rutas como tú (bueno, es un poco exagerado, pero sí les haces la competencia). Te sabes todas las opciones de transporte y rutas viables para llegar a tu trabajo, no importa lo que pase. ¿Que se descompuso el metro? No importa, este camión me deja. ¿Que bloquearon tal avenida? No importa, hay otra ruta por esta calle.

Además, te has vuelto hábil en los combates por el mejor asiento en el autobús (lejos de la ventana en la que le da el sol y en la esquina para poder disfrutar de una buena siesta).

#6 El celular y los libros son ahora tus mejores amigos

Sueles rechazar invitaciones de tus compañeros de trabajo a cualquiera que sea el plan después del horario laboral, porque sabes que cada minuto de tu regreso a casa es crucial.

Así que ahora, los libros, revistas o cualquier cosa que te ayude a no aburrirte en el camino se han convertido en tu circulo, ¿social?

El celular, por supuesto, es vital; así que si la batería se pone en rojo, significa para ti lo más cercano al fin de tu existencia (lo mismo aplica si se te olvidan los audífonos).

#7 Las tardes en tu casa se convirtieron en una leyenda urbana

Sales de tu casa de madrugada y llegas al anochecer, por lo que ver el atardecer en tu casa se ha vuelto una leyenda. Se dice que alguna vez sale el sol por tus rumbos, pero no sabes cuándo podrás comprobarlo.

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