El mundo entero se ha divertido con la historia del pequeño Nicolás; la lista de acusaciones contra él ocuparía demasiado espacio, pero una es la de falsa identidad. Hay otros relatos que no son nada graciosos. En el Irak de Saddam Hussein no te podía pasar nada más desafortunado que parecerte al dictador. Eras reclutado para actuar como su doble. Podías vivir confortablemente, pero aterrorizado por el riesgo de morir en un atentado, mientras el tirano retozaba con una de sus amantes. Un célebre impostor sería el Anticristo, que aparecería antes del fin del mundo según el « Apocalipsis» en los relatos de la Biblia. A continuación, 5 historias divertidas o trágicas sobre impostores.
5 historias divertidas o trágicas sobre impostores



5. Un falso Cervantes
Miguel de Cervantes Saavedra quedó atónito un día de 1614 cuando cayó en sus manos un libro titulado Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. «¡Diablos, pero esto no lo escribí yo!» diría don Miguel. El asombro seguramente tornó en ira cuando leyó el prólogo, lleno de insultos contra él mismo. Firmaba un tal Alonso Fernández de Avellaneda, que todavía nadie sabe quién fue.
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4. El Pastelero de Madrigal
El rey portugués Don Sebastián murió en 1578, muy joven y sin descendencia, batallando contra los moros en África. El trono le correspondía a su tío, el español Felipe II, sucesión nada del agrado de algunos potentados lusitanos. Entonces apareció Gabriel de Espinosa, un fabricante de pasteles de carne que ni mandado a hacer para suplantar a un rey que la mayoría de la gente no creía que había muerto. La conjura no prosperó y el pobre cocinero terminó ahorcado.

3. El asesino del Che Guevara curado por médicos cubanos
Ernesto «Che» Guevara cayó muerto en la selva boliviana el 9 de octubre de 1967 por una ráfaga que disparó el soldado Mario Terán. En septiembre de 2007, utilizando un nombre faso, Terán fue curado de una lesión en un ojo por médicos cubanos que trabajaban en su país en la “Operación Milagro”
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2. El seudónimo de Oscar Wilde
El célebre autor irlandés no utilizó seudónimo para escribir sino para vivir. Tras salir de la cárcel, Oscar Wilde se radicó en París, donde se hacía llamar Sebastian Melmoth.

1. La transformista Hilary Swank
En la película Los muchachos no lloran, la actriz Hilary Swank interpreta a una mujer que quiere vivir como hombre. Para meterla en el personaje, antes de empezar el rodaje, la directora Kimberly Pierce le impuso a Hilary la obligación de vivir un mes fingiendo ser un chico. Se hizo pasar por su hermano y la cosa funcionó: ganó el Oscar y el Globo de Oro.
¿Conocías estas 5 historias divertidas o trágicas sobre impostores? ¿Puedes añadir una que recuerdes?









