5 cosas de juegos retro que la tecnología hizo desaparecer para mejorar, pero aún extrañamos

Todo tiempo pasado fue mejor. Eso es algo que todos sabemos y que, sea cierto o no, nos obligamos a creer para justificar nuestras quejas actuales, en el ámbito que sea. En cuanto a los videojuegos, estamos ante uno de los rubros donde más se nota el avance, y basta con ver un juego o consola de 2015, comparándolo con algo apenas 5 años anterior... Y ni hablar si nos remontamos a los años 80 o 90.

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Si los cambios han sido para mejor o peor, cada uno lo analizará según el caso. Pero no caben dos opiniones en cuanto a que los juegos retro tenían un encanto particular, probablemente vinculados a algunas cosas que mencionaremos a continuación, y que muchos jugadores extrañamos.

#5 Vidas limitadas y el típico "continue"

Hoy en día casi todos los juegos nos ofrecen formas de salvar nuestras partidas, ya sea con checkpoints, vidas infinitas, microtransacciones, el sistema de juego online y autoguardado, o en muchos casos, una combinación de todas ellas. Sin embargo, la infancia de muchos de nosotros ha sido bastante dura, teniendo que asimilar la dificultad de cada juego y perfeccionarnos, de forma que los 3 o 5 corazones que veíamos en pantalla nunca bajaran a cero.

Como mucho, nuestra mejor opción era un " continue" también limitado, que nos daba la posibilidad de renacer donde habíamos perdido, pero sin abandonar la sensación anterior. Algo que sin dudas mejoró muchísimo la calidad de cualquier jugador, en épocas que " memory card" era un término que ni siquiera conocíamos, y solo anotábamos passwords.

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#4 Escaleras y avance en bloques

Las limitaciones gráficas en cada juego hacían que la acción se concentrara en un bloque, obligando a los desarrolladores a inventar formas de disimular el problema. En la actualidad, la potencia de las consolas es tal que muchos juegos incluso son de mundo abierto y tridimensionales...

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Lo que se extraña es tener que subir incontables kilómetros de escaleras en cada juego, y aprender a explorar la pantalla de tal forma que al avanzar no dejemos nada por el camino, puesto que volver atrás era algo impensado... Toda una filosofía de vida.

#3 El fetiche de los niveles nocturnos y acuáticos

En cuanto a los juegos de plataformas, eran pocos los que salían en algún momento del típico escenario soleado, y todos esperábamos precisamente 2 momentos en particular: los niveles nocturnos, y los acuáticos.

En cuanto a los primeros, era una cuestión principalmente estética, destacándose el color de los objetos sobre el fondo negro de la noche. Sumado claro a que éstos niveles podían contarse con los dedos de una mano, haciéndolos más especiales. El caso de los niveles acuáticos es bien diferente, ya que eran de los más aborrecidos por los jugadores, pero también se sabía que no había juego que no los tuviera. Y ni hablar de los que mezclaban agua que ascendía y nos obligaba a trepar o subir escaleras, todo una maravilla de los traumas.

#2 Mitos y leyendas urbanas

Lo mejor de la poca existencia de Internet era que cada juego contenía decenas de secretos esperando ser descubiertos... Y decenas de amigos inventando sus propias historias. Algunos jugadores incluso pasaban días y días intentando encontrar secretos que se corrían de boca en boca aunque nadie confirmaba su existencia, siendo el escenario ideal para muchas bromas pesadas.

Personajes secretos, niveles ocultos, trucos y códigos... Cosas que generaban una de las mejores sensaciones al ser descubiertas fruto de la casualidad, algo que hoy se ha perdido, y se desbloquea gracias a las tarjetas de crédito.

#1 Atascarnos indefinidamente sin saber qué hacer

Sumado al punto anterior, la inexistencia de Internet no solo nos impedía conocer secretos que otros descubrían, sino que también nos impedía saber qué hacer cuando nos atascábamos en algún nivel. Hoy, una simple búsqueda en Google nos otorga muchísimas guías para seguir paso a paso, incluso con videos en YouTube para una descripción mucho más gráfica.

Antes, las revistas especializadas cubrían ese trabajo pero dejaban escapar muchos títulos que no eran tan populares. Y obviamente, tampoco todos accedían a dichas revistas. Hoy la forma de juego de muchos se basa en copiar lo que funciona a otros, en lugar de explorar nuestra propia mecánica. Algo que según la ocasión puede ser favorable o desfavorable para los propios jugadores.

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¿Recuerdas alguna otra situación de este estilo?