El anonimato era una cualidad apreciada en la era medieval, pero en estos tiempos la fama parece serlo todo. La ilusión de tener tu nombre iluminado aquí y allí y que tu rostro sea reconocido por todos parece haber adquirido otro nivel de fascinación en esta era.
5 artistas que son un misterio

Y sin embargo, hay artistas que prefieren pasar inadvertidos porque después de todo, lo que más importa es su arte, no la persona detrás.
Para la época moderna, estas personas resultan una rareza. ¿Quiénes son? ¿Por qué se ocultan? Respuestas sin aparente solución, aunque giran bastantes teorías en torno a ellos. Veamos algunos de esos artistas quienes viven tras el anonimato. Son más de los que creerías.
5. Elena Ferrante
El nombre de Elena Ferrante ha incluso sido mencionado para un Nobel. El problema es que Elena probablemente no lo recogería, porque ese es un seudónimo.
Hasta octubre de 2016 se supo su verdadera identidad, pero antes solo se conocía que era oriunda de Nápoles.
Autora de Crónicas del desamor (que recoge tres novelas), Ferrante también es la escritora de La amiga estupenda, Un mal nombre, Las deudas del cuerpo y La niña perdida.
“No me arrepiento de mi anonimato. Descubrir la personalidad de quien escribe a través de las historias que propone, de sus personajes, de los objetos y paisajes que describe, del tono de su escritura, no es más ni menos que un buen modo de leer”, dijo en una entrevista vía mail.
Pero Elena fue puesta contra la espada y la pared por Claudio Gatti, un periodista que descubrió que los recibos de pago de la editorial daban a parar a Anita Raja, una traductora italiana, esposa del escritor Domenico Starmone.
Ante la controversia, Anita abrió una cuenta en Twitter para confirmar su identidad. “Considero vulgar y peligroso el modo en el que se ha llegado a mentir para desvelar una identidad (…) Solamente me gustaría, ahora que la curiosidad de hace años ha sido atendida, que me dejaran vivir (y escribir) en paz”. Acto seguido, Raja eliminó la cuenta, pero dejó abierto un debate sobre la privacidad y el periodismo.
4. Banksy

El artista de la calle. Banksy es el autor de grandiosos graffitis satíricos sobre la política y la cultura pop que le han generado cerca de un millón acusaciones de vandalismo, hecho por el que resulta bastante conveniente que no se conozca su identidad.
El periodista Simon Hattenson, de The Guardian, es de los pocos que ha logrado una entrevista con Banksy, a quien describe como “un varón de 28 años que se presentó en un par de jeans y una camiseta con un diente de plata, una cadena de plata y un arete de plata (…) una mezcla entre Jimmy Nail y el rapero inglés Mike Skinner”.
Las últimas investigaciones apuntan a que se trata de Robin Gunningham, un hombre de Bristol, Inglaterra, cosa que no ha sido confirmada.
3. J. D. Salinger

El guardián entre el centeno ( The Catcher in the Rye) es uno de los libros más controversiales e influyentes de la historia. Nadie puede olvidar que David Chapman, el asesino de John Lennon, tenía un ejemplar del mismo.
Salinger detestaba la vida mediática y las fotos. Para cuando publicó su gran novela, empezó a recluirse y en los ochenta dejó de dar entrevistas. También optó por dejar de publicar.
Al respecto, dijo a The New York Times: “Amo escribir. Pero escribo solo para mí y para mi propio placer”. ¿Cuántas obras perdidas habrá dejado sin publicar?
2. Thomas Pynchon

Pocas fotos y muy viejas son las que se tienen de Thomas Pynchon. La poca información que se conoce de él fue liberada por un viejo amigo quien, aparentemente, le odiaba por haber dormido con su esposa.
Vive en Nueva York y se ha dicho que es el propio J. D. Salinger, a lo que el autor replicó “sigan intentando”.
Pero a pesar de lo privado que puede ser este autor de libros, no dudó ni por un segundo aparecer en The Simpsons, aunque dibujado con una bolsa en la cabeza. ¿Cómo no hacerlo si considera a Homero como modelo a seguir?
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1. Harper Lee

Matar un ruiseñor es una de las novelas más importantes de la historia de la literatura. No en vano Harper Lee recibió el Pulitzer por publicarla. Después de aquel evento, la autora se negó a escribir o conceder entrevistas. “Es mejor mantenerse en silencio que decir tonterías”, dijo alguna vez.
Se rumoreó que, probablemente había sido Truman Capote, amigo de la infancia de Lee, el autor del libro, rumor que finalizó en 2015 cuando Lee publicó Ve y pon un centinela, la continuación de su obra maestra.









