Cuando Clarissa Molina iba al colegio en su ciudad natal, Santo Domingo, “siempre alzaba la mano” para ofrecerse como voluntaria en los bailes escolares y en las actividades culturales.
Clarissa Molina como Jennifer López, una chica del Bronx hacia el estrellato
La presentadora de televisión y ex reina de belleza estrenó una serie digital para dar a conocer los altibajos de su carrera en ascenso.

Desde entonces, cuenta la conductora de 25 años, se sentía atraída a los reflectores. “Cuando vi a Amelia Vega convertirse en Miss Universo pensé que yo quería ser como ella”, recuerda sobre la nieta de Juan Luis Guerra que se convirtió en la primera (y única) dominicana en ganar esta corona.
“Mis padres pensaban que era un capricho de mi niñez y les costaba dinero” recuerda Clarissa “pero luego se dieron cuenta que hablaba en serio”.
Cuando tenía quince años Molina, la sexta de siete hermanos, migró a Estados Unidos, llegó a vivir al Bronx en Nueva York, donde estudió y trabajó “para traer dinero a casa” y empezó a buscar la forma de involucrarse en el modelaje, su puerta de entrada al mundo del espectáculo.
“Un día decidí salir a la calle y tocar puertas”, dice Clarissa en el estudio de 'El Gordo y la Flaca' en el que participa como conductora de un segmento.
La primera puerta que se abrió, cuenta la dominicana, fue en un bar, "digo ahora ‘Dios mío qué estaba pensando’, modelar en un bar, a una hora (de su casa), donde literalmente nadie está viendo lo que haces" dice Molina, "pero pensar en que estaba haciendo algo para mi futuro me hacía sentir que valía la pena".
Molina encontró mejores posibilidades en los certámenes de belleza y, en los albores de sus veintes, llegó a representar a su país en el certámen de Miss Universo y se coronó como ganadora de Nuestra Belleza Latina VIP (NBL).
“El concurso de belleza me gustó pero lo vi más como una plataforma”, recuerda, el trampolín hacia su trabajo actual, "siempre la meta fue trabajar para televisión, ser la voz de muchas personas, poder entretener, poder informar", afirma.
Su oportunidad llegó pronto.
Después de ganar NBL, Molina se unió a las filas de 'El Gordo y la Flaca', "un programa que es duro para una principiante como yo", dice la joven conductora, admitiendo que ante su inexperiencia "llegué a pensar que esto no era para mi".
Clarissa cuenta que tuvo que trabajar en su pronunciación, en entender la dinámica del programa, en aprender a expresar, con naturalidad frente a la cámara, ideas coherentes y seguir el ritmo de conductores experimentados como Raúl de Molina y Lili Estefan.
Como parte del programa, la conductora también ha expandido sus horizontes pues, siguiendo los pasos de otras celebridades latinas, Molina tiene planes de iniciar una carrera en Hollywood o de diversificarse como empresaria con una línea de cosméticos o de ropa.
Mientras trabaja en ello, la conductora es la protagonista de la serie digital '#321Clarissa', en la que cuenta las anécdotas de su vida y carrera, detrás de cámaras.




































