«Yo soy tu amigo fiel...» Woody y Buzz Lightyear, una pandilla que no se separa a pesar de las mudanzas y el inicio de la universidad. La saga de Toy Story se ha encargado de demostrarnos el poder de la amistad desde que éramos pequeñitos. Para su cuarta entrega, el enfoque fue un poco diferente y nos dio una gran lección que no había retomado hasta ahora, pero que le hacía falta.
Woody nos dejó esta importante lección para la cual nos preparó desde hace 24 años

No cabe duda de que los amigos son una de las mejores partes de estar vivo. No importa si tienes 1, 3, 12 o 300: una buena amistad te inspira, motiva, alegra, reconforta y te hace crecer. Por ello estas películas se han enfocado en compartir el mensaje de que una gran relación es aquella en donde todas las partes ven por los demás y se quieren sin condiciones.
Aunque ese amor y el trabajo en equipo han sido protgonistas en Toy Story, en realidad no habíamos visto mucho sobre la individualidad en estos filmes. A veces parece que hablar del "yo" no tiene cabida en el "nosotros", pero pensar eso sería caer en un gran error. Preocuparse por uno mismo no es lo mismo que ser egoísta, y eso fue lo que chicos y grandes aprendimos con el final de Toy Story 4.
Antes de que sigamos con lo bueno y por si acaso aún no has visto la película...

Toy Story 4 terminó con un momento que nadie esperaba. Después de pasar días tratando de proteger a Forky para evitar que a Bonnie se le rompiera el corazón, Woody tomó la decisión de no volver a casa y quedarse con Bo Peep. Esto no fue sólo por el amor entre los juguetes reencontrados, sino por la necesidad del vaquero de descubrir quién era él fuera del "nosotros".
Bien lo dijo Buzz cuando le preguntaron si ahora Woody era un juguete perdido: «Él no está perdido. Ya no más». Desde que lo conocimos en 1995, todo lo que ha hecho Woody ha sido por el bien de su equipo, como el buen comisario que es. Desde salvar a los demás de Sid, el Apestoso Pete y Lotso, Woody enfocó su vida a proteger a sus amigos y a sus niños. En esta ocasión incluso se rebajó a pasar la noche metido en la basura para evitar que Forky se perdiera en ella.
Su personalidad estaba desapareciendo bajo la presión de ser el líder, el favorito y el protector. Sin alguien más para proteger, él se sentía inútil, vacío. Por ello Buzz, su mejor amigo, había notado que Woody estaba perdido en un sentido emocional.
Pero también el astronauta entendió que eso no quiere decir que el vaquero ya no lo quisiera o que sea un egoísta por querer cambiar de rumbo y metas. Además, ahora Woody y Bo se encargan de encontrarle hogar a los juguetes perdidos en la feria. Es claro que él no está harto de ser solidario.
No olvidemos que Woody sí tuvo un momento egoísta en Toy Story 2, cuando quedó fascinado con su origen y lo especial que era para los coleccionistas. Pero ese deseo de no regresar con Andy fue avivado por Pete, quien lo convenció de quedarse con ellos diciéndole que Andy un día lo abandonaría. Esta vez la decisión fue sólo suya y para volver a encontrar su pasión, junto a su amor y en un nuevo mundo.
Por ello Buzz le aseguró que Bonnie estaría bien, ahora ellos cuidarían de ella. El cambio puede ser inevitable y a veces necesario, y eso está bien.
Ya sea en el romance o en la amistad, es importante que primero nos cuidemos y amemos a nosotros, para poder tener relaciones sanas con nuestros seres queridos. Debemos reconocer que proteger nuestra individualidad no significa descuidar nuestras relaciones. Era momento de que Woody se pusiera como prioridad, y esa es una lección que todos debemos aprender, sin importar cuántos años tengamos.
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