Existen películas que crean una larga y gran expectativa en la audiencia, quien espera emocionada el tan ansiado estreno. Uno, dos, tres, cuatro e incluso un poco más de 30 años –como ha pasado con la secuela de Top Gun– ha sido el tiempo que miles de fans han tenido que esperar para sentarse en la sala de cine y disfrutar de estos filmes.
Una película de Robert Rodriguez que nadie puede ver hasta 2115, ¿por qué tanto misterio?


No obstante, ¿te imaginas esperar 100 años para poder ver una película? Sólo si eres de las pocas personas que logren superar el siglo de vida, podrás ver este filme protagonizado por John Malkovich.

100 Years
En 2015, el excéntrico y aclamado actor unió fuerzas y arte con el director Robert Rodriguez, responsable de películas como Sin City, Mini Espías y Machete, y con la exclusiva marca de coñac LOUIS XIII para llevar a la pantalla grande 100 years, en español, 100 años.
Este filme se anuncia como «La película que nunca vas a ver» debido a que su fecha de estreno es en 2115.

Para que esto se cumpla, la película y una botella de LOUIS XIII fueron guardadas en una caja fuerte con vidrio a prueba de balas y un cronómetro que lleva un conteo de cien años para que finalmente se abra el 18 de noviembre de 2115.
La caja creada por Fichet-Bauch es la primera caja de seguridad de lujo del mundo que no puede abrirse con un código ni con una llave. El reloj en su interior es el único que puede abrirla cuando se llegue a cero.
Una vez que la caja fuerte se abra el 18 de noviembre de 2115, un selecto grupo de invitados podrá disfrutar de esta producción. Cada uno de los espectadores será un descendiente de las mil personas, incluidos Malkovich y Rodríguez, que en 2015 recibieron un par de boletos hechos de metal para la premier.
¿De qué trata '100 Years'?
La película no tiene una sinopsis oficial. No obstante, en noviembre de 2015 (cuando se finalizó la producción), se lanzaron tres teasers que nos dan un pequeño vistazo sobre lo que se proyectará en cines en 2115.
Cada uno de los cortos explora cómo será la Tierra dentro de 100 años y nos presenta a tres personajes: John Malkovich, el héroe; la actriz taiwanesa Shuya Chang, la heroína; y el actor chileno Marko Zaror, el villano.

«Imagina el futuro» se lee en letras amarillas sobre un fondo negro. Inmediatamente, un auto llega a unas enormes instalaciones de concreto, John Malkovich se baja, es recibido por Shuya Chang quien lo reprende por llegar tarde.
Juntos caminan hacia una caja fuerte que se abre automáticamente y deja al descubierto una botella de LOUIS XIII. No obstante, su apreciación del coñac es interrumpida cuando Marko Zaror llega y les pregunta «Hey, ¿qué están haciendo aquí?».
Los tres cortos presentan el mismo diálogo y acciones de los personajes principales. Sin embargo, cada uno imagina una versión diferente del futuro. En uno, vemos que la Naturaleza se abrió paso sobre lo creado por el hombre y ahora el verde domina sobre el concreto.
En otro, nos maravillamos con un futuro super tecnológico en donde la Tierra está ultra-urbanizada y regida por la tecnología e innovación.
En el tercero, igualmente existe tecnología pero en un aspecto mucho más oscuro puesto que robots humanoides ahora tienen el control de la Tierra.
¿De dónde surgió la idea de 100 Years?
La exclusiva marca de coñac LOUIS XIII fue parte de la iniciativa de este proyecto, con el cual busca homenajear el arduo y largo trabajo que requiere la creación de una botella de este alcohol: 100 años de proceso.
De hecho, cuatro generaciones de sommeliers dedican su vida para crear cada gota que conforma este lujoso tipo de brandy, el cual lastimosamente nunca probarán, al igual que John Malkovich y Robert Rodriguez quienes no podrán asistir a la premier de su película.
John Malkovich, quien no sólo protagoniza el filme sino también escribió el guion, compartió con People que las futuras generaciones verán en pantalla una obra bastante personal sobre lo que él imaginó y reflexionó sobre el futuro.
«¿Qué será del mundo en 100 años cuando yo ya no esté aquí? Es muy interesante reflexionar y así es cómo lo abordé. Cuando me lo presentaron, entendí instintivamente que probablemente debería hacerlo, debería escribirlo y hacerlo personal en ese sentido.»
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