The Strain va avanzando muy lentamente, con la intención de ir administrando la tensión y la amenaza que se cierne sobre la humanidad poco a poco, dosificando el ritmo, aunque por momentos esto parece demasiado lento, como si hubieran querido estirar la serie más de lo que la historia merece.
The Strain: Runaways [reseña]

Básicamente, hemos seguido tres líneas de acción: la de los “buenos” (Goodweather, el CDC, Setrakian), la de los vampiros (el Maestro, Eichorst) y la de los que están en el medio, pero a punto de convertirse al mal (Bolivar y el resto de los "sobrevivientes" del avión).
En este episodio tenemos algo de avance del lado del Bien –la alianza del Dr. Goodweather con el profesor Setrakian–, pero más de lo mismo en el resto de los frentes. Más sobre los “sobrevivientes” del avión y su lucha (o la ausencia de) contra la voluntad que los domina y más, aunque muy poco, sobre el Maestro vampiro y sus secuaces.
Ver también: The Strain: "No es para todo el mundo"
Se van conformando los bandos
Con el Dr. Goodweather ya convencido de lo que cuenta el profesor Setrakian y decidido a cortar cabezas e incendiar cadáveres de vampiros, las cosas se pusieron un poco más interesantes.
Es cuestión de tiempo para que se sume Nora a la cruzada, que ya vio en carne propia que la amenaza se sigue expandiendo, y también el exterminador de ratas, quien también fue testigo de que algo muy extraño y espeluznante está ocurriendo debajo de la ciudad.

El conflicto interno aún sigue latente en este eventual grupo de guerreros de vampiros, ya que Jim sigue teniendo ciertos vínculos con Eichorst, y si bien ahora ha dado muestras de querer reivindicarse por el enorme error que cometió, habrá que ver qué sucede cuando esté en peligro su esposa o recaiga una amenaza de Eichorst sobre ella.
También será un elemento a tener en cuenta la burocracia y los intereses políticos y económicos detrás del gran misterio del avión, un asunto que estado presente de manera más o menos notoria desde el comienzo de la serie, como un palo en la rueda de los que intentan neutralizar la amenaza.
El terror
Setrakian le explica a Goodweather de qué se trata esta misteriosa amenaza que enfrentan y, a través de él, podemos conocer cuál es la visión de la serie respecto a los vampiros.
No es el que todos creen que es al oír la palabra "vampiro", por eso Setrakian lo llama "strigoi". No es el que todos conocemos, el de la capa y los colmillos, sino otro mucho menos glamoroso y elegante pero mucho más peligroso. Es un depredador, una sanguijuela.
Fue interesante ver el flashback a la Segunda Guerra Mundial y al campo de concentración nazi en el que se encontraban Setrakian y su hermano, pero hubiera sido mejor que esta historia tuviera mayor desarrollo, que pudiéramos conocer más acerca de los orígenes de Setrakian, y de los orígenes de su relación con los vampiros.

Probablemente –espero–, esta historia sea retomada en futuros episodios, ya que se puede ver a Eichorst como un general nazi y esto explicará también la antigua relación entre éste y Setrakian, pero hubiera sido mejor tener un solo flashback que ya dejara en claro la historia de estos personajes.
Otra cosa interesante de situar esta historia en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, es que se puede trazar una relación entre el horror que vivieron los prisioneros, sometidos a uno de los momentos más humillantes y deshumanizantes de la historia, y la amenaza que representan los vampiros.
Hitler, los nazis y su amenaza, fueron uno de los terrores más grande que enfrentó la humanidad, pero los nazis fueron derrotados y Hitler murió. El Maestro vampiro en cambio sigue más vivo que nunca.




