The Strain: Occultation [reseña 1x06]

La presencia de un repentino eclipse agitó un poco las cosas en The Strain y finalmente se pudo respirar una atmósfera indudablemente apocalíptica, al menos por unas horas, en las que reinó el terror y la confusión en las calles de Nueva York y los vampiros aprovecharon para hacer de las suyas.

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Mientras vamos llegando a la mitad de la primera temporada, las diferentes historias se van encaminando y se podría decir que, con un ritmo más o menos sostenido, aunque por momentos lento, se van haciendo cada vez más atrapantes y aterradoras.

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Este episodio es quizá el mejor desde el piloto, no sólo por el mencionado eclipse que puso un elemento nuevo en juego y permitió un caos generalizado a plena hora del día, sino porque la amenaza dejó de ser algo latente para volverse manifiesta y evidente, al menos para unos cuantos de los involucrados.

Sabiduría inmortal

Pudimos ver a Eichorst con su aspecto horrible, el que esconde detrás de su fachada humana, que mediante un mecanismo casi medieval mantiene con vida y en cautiverio a su desayuno, un pobre hombre que es succionado cada día por esa monstruosa criatura.

Por otra parte, Eichorst ya no se siente tan impelido a ocultar su naturaleza monstruosa y así lo demuestra ante Gus y su amigo, que a pesar de considerarse a sí mismos muy malos y conocedores del bajo mundo criminal, se ven obligados a aceptar el encargo.

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“Lo que me fascina es que el amor es considerado un regalo, una bendición, sin aceptar el hecho de que también ata, asfixia y estrangula” le dice Eichorst a Gus con su sabiduría inmortal no exenta de un tono trágico y oscuro pero tampoco de la sensación de que es una dolorosa verdad para estos personajes.

En última instancia, gran parte de los problemas que ahora experimenta ahora toda la ciudad de Nueva York se debe a la necesidad de Jim de cuidar de su esposa y de Gus de cuidar de su madre.

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Y la verdad enunciada por Eichorst en esta frase parece confirmarse con cada uno de los acontecimientos que observamos en este episodio.

Cuidando a los suyos

Eph necesita alertar a su familia, a pesar de la humillación que representa aparecer en su casa con el novio de su ex esposa allí presente como si fuera el hombre del hogar, y esto además lo lleva a ser arrestado por el FBI en frente a su hijo.

Nora mientras tanto necesita cuidar de su madre senil y es verdaderamente palpable el sentimiento de “carga” y molestia que significa esta señora, cada vez que aparece en los momentos más inoportunos.

Por último, tenemos a Vasily Fet, el enigmático cazador de ratas que no parece tener otra pasión en su vida y que hasta rechazó una beca universitaria para dedicarse a la exterminación de plagas. Él también necesita ir a alertar a su familia luego de presenciar el horror que se aproxima con sus propios ojos, a pesar de que su vínculo familiar ya se ha esfumado casi por completo.

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Aún conserva, tal vez instintivamente, la necesidad de proteger al menos a su madre. Con esta aparición en la casa de sus padres y con la muerte de las personas que trabajaron con él, Vasily Fet ha roto cualquier vínculo familiar o amistoso.

Siguiendo con las palabras de Eichorst, ahora se ubica en la misma línea que Setrakian, la del solitario que ya no recibe la bendición del amor de nadie, pero que tampoco tiene ataduras, lo que les da muchas más probabilidades de sobrevivir.

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Eph, probablemente, esté a punto de convertirse en uno igual a ellos, con todo lo de pérdida y con todas las ventajas que ello significa.

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