The Blacklist sigue entregando semana a semana exactamente lo que el gran público que la ha acompañado durante estos primeros episodios (y que determinó que NBC confirmara el recorrido completo de la temporada por 23 episodios) espera, y esto parece funcionar a la perfección para las intenciones de la serie y la cadena.
The Blacklist: un complejo criminal [Crítica 1x04]

Probablemente los guionistas ya realicen su trabajo de manera mecánica y automática, sabiendo que en tal punto comienza la acción, en tal otro hay un giro que pone en riesgo a los protagonistas, en tal otro la inteligencia de Red ( James Spader) se destaca y los rescata del peligro, etc.
Sin embargo, con esto The Blacklist se va volviendo cada vez más repetitiva y minando el interés en cada capítulo que pasa, ahora apenas sostenido por saber cómo será el próximo criminal, a qué se dedica y cómo se las arreglan para atraparlo, dependiendo demasiado de este aspecto que no tiene relación con el arco argumental de toda la temporada.
Sin juicio
En este episodio tenemos a Liz ( Megan Boone) en un caso que en principio no está vinculado con el criminal de la lista de esta semana. Se trata de un peligroso traficante de drogas mexicano que, casualmente, acude a Red para solicitarle una nueva identidad y transporte fuera del país, lo que permite suponer que no planea esperar tranquilamente su juicio, para el que Liz posee un testigo clave.
A pesar de la advertencia de Red, ni Liz ni nadie del FBI considera la posibilidad de proteger al testigo clave cuando el juicio se interrumpe, de modo que, naturalmente, termina asesinado. Aquí hará su aparición “El Cocinero”, el hombre que se encarga de eliminar los cuerpos disolviéndolos en productos químicos y que es lo suficientemente importante como para involucrar a Red en el caso.

La llave para llegar a este criminal es el traficante Hector Lorca, que no sólo pudo evitar su juicio y asesinar al testigo clave sorteando toda la seguridad, sino que también estando en custodia puede indicar a sus cómplices donde atacar por sorpresa al FBI, con misiles y metralletas, y secuestrar a la agente Keen.
Nadie está a salvo
Otra vez, la tensión se centra en el peligro que corre Liz, por más que en realidad sabemos que nada le ocurrirá. Una vez secuestrada, la Agente Keen intentará apelar a los conocidísimos juegos psicológicos para tratar de dominar al criminal, algo que resultó entre ridículo y gracioso.
Finalmente Red llega antes del FBI porque es mucho más inteligente, salva a Liz y se revela que tiene una historia personal con “El Cocinero” y también que hay una misteriosa chica -probablemente su hija- que ahora está muerta y fue una de las víctimas de este criminal.
Red es uno de los criminales más buscados del mundo, y uno de los más inteligentes, astutos y poderosos, que ha podido dominar y derrotar a todos los que ha enfrentado hasta ahora. Probablemente esto no vaya a cambiar por un buen tiempo. Lo curioso es que Liz, sabiendo todo esto, se enoja con él porque, luego de que le salvó la vida, asesinó al tipo que estaba a punto de matarla, utilizando su mismo método. Esto es algo demasiado tonto e ingenuo, incluso para ella.

Puntaje: 5/10. Los intentos de convertir al "Cocinero" en un criminal complejo y misterioso, con esas quemaduras en todo el cuerpo y con los traumas psicológicos sugeridos en los diálogos con Liz (es alguien que disuelve cuerpos humanos en bañeras, sus psique alterada no es algo demasiado sorprendente) no funcionaron en absoluto, fue un criminal aburrido y plano.
Por otra parte, los misterios del esposo de Liz y del pasado de Red, así como el vínculo que los une, siguen rondando sin llegar a ninguna parte.






![Green Book: emoción, amistad y una actuación de Viggo Mortensen que pide Oscar [Reseña]](/_next/image?url=https%3A%2F%2Fuvn-brightspot.s3.amazonaws.com%2Fassets%2Fvixes%2Fg%2Fgreen-book-6.jpg&w=1280&q=75)

