The Blacklist: un brillante criminal [Crítica 1x01]

El primer episodio de The Blacklist demostró que la intención de la serie no será innovar, ni aportar elementos originales, ni llevarnos a nuevos terrenos desconocidos en lo que a las ficciones de criminales y policías respecta, sino que apelará a los elementos más o menos conocidos y ya explorados del género (en algunas ocasiones ya cliché) e intentará poner su encanto en la espectacularidad visual y la intensidad emocional.

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Mentes criminales

Es la historia de Raymond “Red” Reddington ( James Spader), un criminal de esos arquetípicamente brillantes (al estilo de Hannibal), con una inteligencia puesta al servicio de la maldad y, por lo tanto, mucho más potente e ilimitada que la de los “buenos” (el FBI) que deben seguir las reglas y siempre parecen tontos, comparados con la perspicacia, el sarcasmo y el divertido ingenio del criminal.

Es también la historia de Elizabeth Keen ( Megan Boone), una joven oficial criminóloga del FBI, decidida, fuerte y talentosa, con un interés por conocer y entender la mente criminal, pero que también esconde un oscuro pasado, una vida difícil y llena de tragedias, de la que nadie tenía conocimiento.

Imagen NBC Universal

El criminal está muy interesado en la criminóloga y conoce todo sobre su pasado. Los dos entablarán una relación ambigua y extraña, en la ella se involucrará por motivos meramente profesionales pero él irá de a poco desentrañando sus más oscuros secretos, manipulándola emocionalmente, hasta convertirse en una figura casi paternal y una conexión y un entendimiento surja entre ellos.

Todos estos aspectos y la introducción de los personajes se tratan en la primera mitad del episodio y de manera lo suficientemente rápida y superficial de manera de ya preparar el terreno para la intensa acción que vendrá después.

El gran drama

Como suele suceder en este tipo de series, donde la acción y que “pasen cosas” es más importante que la historia en sí misma ( The Following fue un gran ejemplo de esto), los personajes no tienen ninguna clase de profundidad y ni siquiera hay tiempo para que los vayamos conociendo, descubriendo sus características y su personalidad.

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En lugar de mostrarnos personajes, se describen mediante el diálogo; en lugar de demostrar que ella es introvertida, narcisista y poco sociable, ella misma se describe como tal para que ya sepamos cómo es sin tener que conocerla; del mismo modo, ya en el comienzo se nos advierte de la gran inteligencia de él, que era uno de los más sobresalientes graduados de la Academia Naval, hasta que misteriosamente abandona a su familia y se pierde en el mundo del crimen.

Imagen NBC Universal

Inmediatamente, pasamos a la acción para perseguir un criminal internacional y el gran drama no se hace esperar. En este primer episodio ya tenemos una pequeña niña involucrada, que mientras viaja protegida por el FBI es secuestrada, luego de que un camión se las llevara por delante y quedara en medio de un tiroteo (por si la imagen de una pequeña niña en esta situación no fuera lo suficientemente impactante, ella viene de su clase de ballet -con tutú rosado- y luego comparte un momento tierno y cariñoso con la agente Keen).

Luego, se develará que el criminal quiere vengarse de un general que, durante la guerra en Afganistán, fue culpable de la muerte de su familia. Para esto, pone una bomba en la niña secuestrada y la abandona en un zoológico, con la intención de matar muchos niños. En caso de que alguien dudara de que fuera muy malvado.

La “lista negra” del título es la lista que ha ido confeccionando Red durante 25 años en el crimen y está formada por los verdaderos criminales, no los del “concurso de popularidad” de los diez más buscados del FBI, sino los que no podrían encontrar porque ni siquiera saben que existen.

Imagen NBC Universal

Durante los próximos episodios iremos conociendo, siguiendo y atrapando a cada uno de ellos, con la ayuda de Red, al mismo tiempo que se irán develando sus motivaciones y los misterios personales de la agente Keen.

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Puntaje: 6. Sin ser nada demasiado original y apelando a muchos lugares comunes, fue un episodio entretenido por momentos, aunque por otros fue poco verosímil (un helicóptero y varias camionetas para ir a buscar a Keen a su casa) y desmedida.

James Spader hace un buen trabajo y se ve favorecido por los rasgos misteriosos y de "difícil de descifrar" del personaje, sin embargo, el personaje de Megan Boone fue el mayor problema del episodio. Su historia personal, su interés por tener un hijo, su esposo y el giro sorpresivo sobre él en el final fueron lo más flojo del piloto.