The Blacklist: nada es lo que parece [Crítica 1x06]

Si hay algo que se le debe reconocer a The Blacklist es la gran cantidad de acontecimientos, giros, personajes y locaciones que presentan por episodio, para convertir cada uno de ellos en una hora de constante agitación, de situaciones riesgosas y cambiantes, de atrapante intriga internacional que incluye siempre peligrosos y enigmáticos personajes y que se traslada a todos los rincones del planeta.

Todas estas cosas juntas hacen generalmente episodios muy entretenidos y eso es a lo que apunta la serie, de modo que ya es hora de dejar de denunciar las inconsistencias en la trama, las trampas narrativas, la falta de desarrollo de los personajes y el abuso de los mismos dos o tres recursos dramáticos, y juzgar a The Blacklist en sus propios términos.

Terrorismo empresarial

En este sentido, este último episodio, con la “terrorista empresarial” -sea lo que sea que eso signifique- Gina Zanetakos ( Margarita Levieva) como objetivo principal y con la historia de Liz ( Megan Boone) y Tom ( Ryan Eggold) sorpresivamente vinculada al caso semanal, fue un muy buen episodio.

Liz entrega a Tom al FBI. Tom está en una situación muy compleja: la caja escondida en su casa contenía dinero, pasaportes con nombres falsos y un arma que fue utilizada para asesinar a un espía ruso, todo esto incriminándolo directamente. Si le sumamos una foto que encontró Liz y que muestra al propio Tom saliendo del hotel en el que el espía fue asesinado, es evidente que es el asesino.

Sin embargo, a los pocos minutos de adentrarnos en este misterio, todo comienza a indicar que no hay forma de que Tom sea culpable, que sin dudas alguien lo incriminó. Al poner a los agentes del FBI y hasta a Liz convencidos que Tom es el asesino, los guionistas deliberadamente nos hacen ponernos a favor de él... Cómo puede ser que el FBI ni siquiera considere la otra opción, tan evidente y probable. ¡Hasta tiene gente vigilándolo con cámaras en la casa!

El director Cooper ( Harry Lennix) suspende a Liz vaya a saber por qué motivo. Tal vez el procedimiento protocolar en el FBI es suspender a todo agente aquel que tenga un marido sospechoso.

Como si todo esto fuera poco para el pobre Tom, Red ( James Spader) le dice a Liz que debe buscar a una terrorista corporativa internacional llamada Gina Zanetakos, si es que quiere saber la verdad sobre su esposo, ya que es su amante. 

Todo indica entonces que Red también está manipulando las cosas en contra de Tom. Finalmente, nos enteramos que Gina Zanetakos no tenía ningún vínculo con Tom y, en cambio, quien la había contratado para asesinar al espía ruso era el propio Red, lo que impulsa esta teoría.

Todo puede suceder

Pero este interés por hacernos creer que Tom es inocente y que ha sido incriminado por Red, probablemente indique que esta historia tendrá un sorpresivo giro y no todo sea lo que parece.

La ventaja que posee The Blacklist es que son los hechos y los conflictos los que determinan el modo de actuar de los personajes y no al revés. No podemos demandar que los personajes actúen de tal o cual manera ya que no los conocemos, no sabemos cómo piensan ni qué sienten ni cómo son realmente, simplemente los conocemos tomando una determinada decisión en función de lo que ha sucedido o lo que podría suceder.

Los personajes están subordinados a la acción y esto permite que, literalmente, pase cualquier cosa. Si luego se revela que Tom en realidad fue el que planeó todo esto -tal vez para poner a Liz en contra de Red-, nadie podrá decir que esto es absurdo o improbable ya que, en lo que a la audiencia concierne, Tom podría ser cualquier cosa.

Del mismo modo, si fuera Red el que hubiera montado toda esta farsa para incriminar a Tom, esto sería completamente verosímil. Por lo que sabemos, Red es un peligroso criminal sin ninguna clase de código moral, que no tiene compasión con nadie y que entrega sin el más mínimo remordimiento a gente que conoce y que trabajó con él.

Si este fuera el caso, sería sí algo tonto (como lo es utilizar dinero de su cuenta para plantar en la caja) y, por otra parte, no creo que la serie quiera tener un protagonista de estas características sino alguien que, más allá de su apariencia de invulnerable y malvado, muestre eventualmente un rasgo humano y afectivo. 

Puntaje: 7/10. Un episodio entretenido y dinámico.