Rami Malek, el actor que rechazó los estereotipos que le quisieron imponer y conquistó Hollywood

Rami Malek nació y creció en Los Angeles, separado de Hollywood apenas por algunos pocos kilómetros y unas colinas.

PUBLICIDAD

De pequeño, sin embargo, no se fijó demasiado en esa glamorosa industria, tan cercana y tan lejana a la vez.

Sus padres habían llegado desde Egipto apenas años antes. Practicaban la fe cristiana y eran miembros de la Iglesia copta ortodoxa, con la que crecieron Rami y sus hermanos. Insistían con mantener sus raíces y preservar sus tradiciones, y en su casa siempre se habló árabe egipcio.

Ha dicho Rami que en ese entonces estaba más preocupado por adaptarse a su nuevo entorno y limar sus diferencias culturales. Pequeñas cuestiones como que nadie pronunciara su nombre correctamente, le causaron cierta inseguridad y una suerte de crisis de identidad, a la que enfrentó «creando voces y personajes».

Sus padres soñaban con que fuera abogado pero su vocación ya parecía haber surgido en esa búsqueda de identidad.

El actor de TV y el terrorista

Después de graduarse y estudiar artes dramáticas, comenzó trabajando en un restaurante de Hollywood, haciendo falafel y shawarma. Al menos estaba más cerca de la industria.

Sus primeros intentos de incursionar en la actuación, como siempre sucede, fueron infructuosos. No conseguía papeles y estuvo a punto de abandonar todo y dedicarse al negocio inmobiliario.

Pero un día recibió una llamada de una agente de casting y, aunque ésta le recomendó que antes que nada tenía que conseguirse un agente, de todas maneras le agendó un pequeño papel en la serie Gilmore Girls.

Después, tras aparecer en un par de episodios de la serie Over There, finalmente obtuvo su tarjeta del Sindicato de Actores.

PUBLICIDAD

Y comenzó a hacer apariciones recurrentes en distintas series (un joven gay que no ha salido del closet en The War at Home) y hasta en exitosas comedias en el cine (un faraón, naturalmente dadas sus raíces egipcias, en Una noche en el museo y sus dos secuelas).

Después de interpretar a un terrorista suicida en la temporada 8 de 24, empezó a notar que muchas de las ofertas que le llegaban eran de ese tipo. Sus rasgos, aunque muy particulares, encajaban en el estereotipo que Hollywood suele asignar a personajes árabes y de Medio Oriente.

Malek llamó a su agente y le dijo: «No más personajes árabes o de Medio Oriente que sean terroristas o villanos».

Un salto en Hollywood y la importancia de Tom Hanks

Y le dio sus frutos: poco después estaba interpretando al irritante y arrogante soldado “Snafu” Shelton, originario de Louisiana, en la aclamada serie de HBO The Pacific.

Esta serie probaría ser un punto de inflexión en su carrera, aunque la experiencia de rodarla y de interpretar a este personaje lo obligaron a abandonar Hollywood por un tiempo. Se fue a vivir a Argentina para «aclarar su cabeza» y se hizo fanático del fernet.

Cuando volvió recibió una carta de Tom Hanks, productor de The Pacific, que elogiaba su actuación en la serie. Hanks no se quedó solo con la reverencia. Le ofreció además un papel en su próxima película, Larry Crowne.

Compartió elenco con el propio Hanks, con Julia Roberts, Pam Grier, Bryan Cranston, Cedric the Entertainer, Taraji P. Henson y Wilmer Valderrama.

PUBLICIDAD

Había ingresado en las grandes ligas. Pero todavía no era una estrella.

Un vampiro en el blockbuster que cerró la saga Crepúsculo, un papel en la gran pequeña película indie Short Term 12 (junto a Brie Larson), apariciones en Oldboy y Da Sweet Blood of Jesus, que no fueron del todo significativas pero que inauguraron su amistad con el director Spike Lee, y apariciones en las notorias Battleship, The Master y Ain’t Them Bodies Saints, cimentaron su camino hacia el papel que lo llevaría a la masividad.

El Sr. Robot

Imagen USA Network

Sam Esmail, el creador de la serie Mr. Robot, había audicionado a cerca de 100 actores para el papel principal, y ninguno le convencía.

En todos ellos, Elliot Alderson, el hacker paranoico y alucinatorio, resultaba un personaje demasiado frío, distante, poco agradable para ser el protagonista de la serie. Esmail estaba a punto de reescribir el personaje cuando llegó Rami Malek y le impuso cierta vulnerabilidad, dolor y humanidad a Elliot. «Me hizo ver quién era realmente el personaje» dijo después Esmail.

Mr. Robot convirtió a Rami Malek en una estrella, además de ganador de un Premio Emmy.

La película independiente Buster’s Mal Heart, estrenada en el Festival de Toronto y bien recibida por la crítica, fue la primera en la que hizo un papel protagónico solitario.

We are the Champions

Finalmente, Rami Malek, que había rechazado años antes papeles con estereotipos basados en sus rasgos y su ascendencia, obtuvo uno precisamente gracias a ellos, pero que rompería con aquellos estereotipos: sería un ícono del rock. Sería Freddie Mercury.

La película Bohemian Rhapsody se convirtió en un éxito imparable y la interpretación de Rami Malek fue en gran parte la responsable, una opinión unánime de público y crítica.

PUBLICIDAD

El actor capturó a Freddie Mercury no solo con sus rasgos físicos, su energía e ímpetu en el escenario, sino también dándole diferentes dimensiones debajo de él, haciendo un personaje agradable y querible aún en sus momentos más desagradables o caprichosos, aún con sus miserias.

«Es un papel que no podré superar» dijo Malek. «Creo que uno siempre está buscando su siguiente gran personaje, pero creo que yo afortunadamente ya lo he encontrado. Quiero creer que hay más cosas para mí por delante, y ciertamente las hay, pero dudo que nada pueda llegar a ser tan preciado como lo han sido este rol y este ser humano en mi vida».

Rami Malek ya ganó el Globo de Oro, el premio del Sindicato de Actores y el BAFTA por su retrato de Freddie Mercury. ¿Será el Premio Oscar el próximo?

Sigue leyendo: