«Uno, dos, Freddy viene por ti». «Hola, Danny, ven a jugar con nosotras. Para siempre. Siempre. Siempre». «¡Ya están aquí!». El recuerdo de estas frases le pone los pelitos de punta a cualquiera y lo peor es que fueron pronunciadas por los niños más inocentes del mundo.
¿Por qué suele haber niños en las películas de terror?


¿Cómo es que los infantes se convirtieron en recurrentes figuras en las películas de terror? ¿Por qué su aparición nos hace ponerle el cerrojo a nuestra habitación cuando nuestro primito está de visita en casa?
Temor a la generación de relevo

Para Gwendolyn Hofman, de Horror Homeroom, el de que una figura inocente sea tomada como el centro del terror empezó como el reflejo del temor de la sociedad a ser relevada.
Representar a los niños como figuras del horror fueron indicativos del temor a una nueva generación, a ser superado por ella y pasar a convertirse en una figura irrelevante.
¡¿Alguien quiere pensar en los niños?!

Pero también hay otro temor que es explotado: el temor a ser mal padre. Tener un hijo significa que una persona pequeñita que no puede valerse por sí misma, depende de ti. Como padre, debes protegerlo de todo mal.
Que tu hijo sea víctima de una posesión demoníaca ( Night of the Living Dead, The Omen, The Exorcist, Rosemary’s Baby), en cierta forma es una señal de ser “mal padre”, pues debiste proteger a tu hijo, incluso de los demonios y claro, es tu responsabilidad sacar esas entidades del cuerpo de tu pequeño.
No solo se juega con esa idea, sino que se inserta un mensaje: controlar a las nuevas generaciones.
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El juego de la inocencia

Pero también hay un motivo mucho más simple: la inocencia. ¿Quién esperaría que un ser inocente sea fuente de maldad? Y aún peor, ¿cómo puedes combatir a los demonios cuando están en el cuerpo de un ser inocente? ¿Puedes golpearlo, dispararle, enterrarlo? ¡Es un niño!
Que una entidad demoníaca domine a un niño o que se utilice este como figura terrorífica se considera como una abominación. Los adultos pueden ser corrompidos. Los niños no. Si eso ocurre y es permitido, no hay esperanza para la humanidad.
Los que no tienen voz

Otro hecho con el que juegan los guionistas es la «voz de la inexperiencia». Mucho se habla de «oír a los niños», pero lo cierto es que cada cosa dicha por un niño es considerada como objeto de su imaginación.
Son inocentes y experimentados, pero también tan puros que se les atribuye la capacidad de ver lo que los adultos no pueden.
Los niños no están gobernados por las normas de la sociedad. Son «impredecibles» y eso se usa para crear ansiedad en la audiencia.
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Cuéntanos, ¿cuáles son los niños de la gran pantalla que más te han aterrorizado?








