Pesadilla en la calle Elm: la extraña y trágica historia real que dio origen a Freddy Krueger

«Los Centros Federales para el Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta están llevando a cabo una investigación intensiva sobre cómo 18 refugiados laosianos aparentemente saludables murieron misteriosamente mientras dormían en los últimos cuatro años. Una posibilidad que se está explorando es que murieron del susto provocado por pesadillas».

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Así comienza una nota del New York Times de 1981, titulada «Se sospecha de pesadillas en la muerte en su lecho de 18 laosianos».

Poco antes de que las autoridades y la prensa hubieran atado cabos sueltos y conectado estas muertes ocurridas en distintos lugares y separadas en el tiempo, albergando la conclusión de una extraña epidemia en una población específica, había al menos una persona que se había sorprendido al descubrir que este tipo de reportes —sobre ciudadanos de origen asiático que morían inexplicablemente mientras dormían, presuntamente afectados por sus propias pesadillas— se estaban repitiendo en los periódicos, y extrañamente nadie los había conectado como parte de un mismo fenómeno.

Esa persona era Wes Craven, el cineasta que pocos años después de publicada esa nota del New York Times lanzaría su clásico slasher Pesadilla en la calle Elm, sobre un despiadado asesino serial de sombrero, suéter a rayas y guante con garras afiladas, que atacaba a sus víctimas durante sus sueños.

Pesadillas asesinas

«Sobre fines de los 70 en el LA Times se publicaron una serie de artículos» recordó años después Wes Craven sobre su inspiración para Freddy Krueger, «quizá tres breves notas, sobre hombres del sudeste asiático de familias de inmigrantes que habían muerto en el medio de sus pesadillas, pero lo curioso es que el periódico nunca conectaba estas historias, nunca decían “Hey, tenemos otra historia de esas”».

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¿Habían sido estos hombres asesinados por una entidad similar a Freddy Krueger, el icónico villano creado por Wes Craven inspirado en estas historias?

Esta explicación sobrenatural podrá ser inverosímil para los escépticos y los hombres de ciencia, pero lo cierto es que el caso de los hombres perfectamente saludables muertos en sus sueños dejó a los médicos perdidos y sin explicaciones.

«Hay muchas especulaciones» le dijo al New York Times en aquel momento un epidemiólogo que trabajaba en el caso, «pero por ahora lo cierto es que no tenemos ninguna explicación real».

«Todas estas personas parecían estar en perfectas condiciones de salud» agregó el profesional, posiblemente con el ceño fruncido y gesto de desconcierto.

Otro médico, radicado en una zona en la que habían ocurrido cuatro muertes de estas características, dijo:

«Lo que sí sé es de qué NO murieron. No murieron por un disparo en la cabeza, ni apuñalados en el corazón; no se cayeron desde un techo ni fueron envenenados; hicimos autopsia en cada uno de los casos, y nunca encontramos absolutamente nada».

La preocupación de los médicos comenzó a crecer cuando notaron el componente de epidemia que parecía tener el caso, que no se trataba de muertes aisladas.

Las personas fallecidas compartían varios rasgos en común, además de estar perfectamente saludables: todos eran refugiados originarios del sudeste asiático que habían huído de sus países a causa de guerras y genocidios, y la mayoría de ellos pertenecía al grupo étnico Hmong.

Esto último fue una de las claves que permitió a los médicos llegar a la conclusión de que, en efecto, era posible que hubieran muerto a causa de sus pesadillas.

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Muertos de miedo, literalmente

Dice el NYT que en 1981 había cerca de 35.000 miembros de la etnia Hmong viviendo en los Estados Unidos, casi todos ellos escapados de Laos después de que en 1975 el movimiento comunista Pathet Lao tomó el control político del país, tras una cruenta guerra civil.

La adaptación de los Hmong a la vida en los Estados Unidos fue escasa o casi nula, y casi todos los inmigrantes Hmong se establecieron en pequeñas comunidades cerradas y bastante primitivas. Muy pocos de ellos hablaban inglés, y su propio lenguaje se había convertido en lengua escrita apenas unos años antes.

Su religión principal era el animismo, que asigna un alma o espíritu a cada cosa, sean personas, animales, plantas, rocas, montañas, ríos, vientos, tormentas o sombras, y no distingue entre el mundo físico y el mundo espiritual.

Los Hmong creían que si no realizaban sus oraciones, sus rituales y sus sacrificios, los espíritus de sus ancestros no los protegerían, dejándolos vulnerables a espíritus malignos.

Esta combinación de costumbres y creencias, sumadas a los traumas de la guerra y la violencia, y el estar en un país al otro lado del mundo completamente diferente a todo lo que conocían, pueden haber generado un trágico combo que diera origen a pesadillas literalmente mortales.

Pesadillas alimentadas por el saberse en falta con sus dioses y sus ancestros y por el profundo convencimiento de que los espíritus malignos los atacarían en sus momentos más vulnerables.

Aunque reticentes a reconocerlo abiertamente y en público, muchos de los profesionales que estudiaron el caso en los 80 consideraron las pesadillas como posible causa de muerte de estas personas.

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Posteriormente, el lenguaje médico asignó un nombre a este fenómeno: «Muerte súbita inesperada», y se cree que puede ocurrir por factores genéticos (como el llamado Síndrome de Brugada), por fallas cardíacas o por efectos de algunos medicamentos.

En ningún caso, de todos modos, se ha probado que son efectivamente las pesadillas las que llevan a la muerte, de modo que todavía se puede especular con una explicación que incluya a Freddy Krueger.

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