Oscar 2017: Estos filmes nominados a Mejor Película Extranjera guardan excelentes lecciones para Trump y sus seguidores

Nunca se debe subestimar el poder de las ideas, incluso de aquellas que van contra la lógica del progreso y los principios elementales que imponen estos tiempos. La corriente que evoca un regreso, como por arte de magia, a los años 50 antes de la instauración de los derechos civiles, las corrientes ecologistas, la igualdad de género y el mundo globalizado, ha ganado terreno en varias partes del mundo y tiene su máxima expresión en el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

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Pero más impresionante que una victoria política coyuntural, el trumpismo también va acompañado de una corriente que representa exactamente todo lo contrario: aceptación, diversidad, progresismo, y rechazo al odio. Lo que está pasando en el cine, con intención o por coincidencia, es un buen ejemplo de ello. La mayoría de los filmes nominado al Oscar por mejor Película de Lengua Extranjera de alguna forma gritan a voz en cuello una respuesta a lo que está haciendo Trump en su presidencia, cada caso habla de un aspecto diferente. Veamos cuáles son y qué nos dicen.

Land of Mine (Dinamarca, director: Martin Zandvliet)

Este filme se basa en eventos reales ocurridos durante la posguerra, luego de la derrota del fascismo en 1945. El ejército danés utilizó a un grupo de soldados alemanes para desactivar más de 45,000 minas antipersonales enterradas en una playa en la costa oeste del país. Los jóvenes fueron carne de cañón por el simple hecho de ser alemanes y como consecuencia de las atrocidades cometidas por los nazis.

Además de ser una denuncia de esta injusticia, el filme es una invitación a derribar los estereotipos. Mientras la imagen generalizada sobre los soldados alemanes de la Segunda Guerra Mundial es la de seres fríos y sangrientos, o una especie de máquina de matar sin ningún remordimiento, Land of Mind muestra una cara de la moneda poco común en el cine. Su historia nos acerca al abuso que vivieron estos jóvenes, que en muchos casos no habían participado en acciones sangrientas y que ni siquiera entendían bien de qué iba el fascismo. Su lección principal quizás sea la relación cercana que el sargento danés enviado a controlar a los soldados alemanes desarrolla con estos durante la operación, destacando la empatía como una virtud humana universal. Sin dudas un mensaje que cobra una vigencia especial cuando el presidente del país más poderoso del mundo parece no cansarse de enviar mensajes de basados en estereotipos y odio.

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Un Hombre Llamado Ove (Suecia, director: Hannes Holm)

La trama central de este conmovedor filme sueco aborda un dilema universal; la vejez en soledad luego de la pérdida del ser amado. Sin embargo, una parte de la historia resalta a primera vista como un intento, una vez más, de romper los estereotipos. Uno de los personajes claves para impedir el suicidio del personaje central, Ove, es una mujer iraní. Raras veces vemos en películas occidentales a personajes árabes de prominencia y con un impacto positivo en la historia. También el hecho de que esta mujer sea precisamente de Irán lo hace más relevante aún. El presidente Trump desacreditó continuamente el tratado nuclear con Irán durante su campaña y ha dicho que hará todo lo posible como presidente para revertirlo, y ha señalado a Irán como uno de los principales enemigos de Estados Unidos.

Tanna (Australia, director: Bentley Dean y Martin Butler)

Tanna es la historia de un amor imposible entre dos jóvenes, el cual va en contra de las tradiciones tribales a las que pertenecen en la isla de Vanuatu. De cierta forma, Tanna es una recreación de un dilema trascendental que hemos visto desde  Romeo y Julieta: el amor a pesar de los conflictos entre grupos y facciones. Pero también nos pone a pensar sobre los puntos que tenemos en común todos los seres humanos sin importar la cultura o la latitud donde vivimos. Tanna presenta un contexto ancestral para discutir un conflicto que ocurre todavía hoy en las sociedades modernas, como una especie de recordatorio de que todos los seres humanos estamos conectados inexorablemente, algo que Trump parece obviar.

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El Vendedor (Irán, director: Asghar Farhadi)

Entre todos los nominados en la categoría de mejor película extranjera, El Vendedor es quizás la que contesta más directamente a la polémica migratoria actual. Es quizás por eso que muchos esperan que la academia se incline por ella a la hora de entregar la estatuilla. El filme se enfoca en los conflictos matrimoniales en medio de la sociedad iraní. Sin embargo, el simple hecho de que sea una producción de ese país aumenta su relevancia. El pasado 27 de enero Donald Trump puso en vigor el Muslim Ban, el cual prohíbe la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de 7 naciones árabes, incluyendo a Irán. La medida fue más tarde modificada, siendo efectiva para la emisión de futuras visas a ciudadanos de esos países. Aún así, el director del filme decidió no viajar a Los Ángeles para la ceremonia de los Oscar en solidaridad con todos los ciudadanos de los países afectados apesar de que entiende el contexto de esta nominación. “Se que muchos americanos en la industria del cine y en la Academy of Motion Picture Arts and Science se oponen al fanatismo y al extremismo que están ocurriendo hoy más que nunca,” dijo Farhadi para una publicación.

Cada una de estas películas tiene una relevancia especial para el momento y todas han ganado reconocimientos en distintas premiaciones y festivales. A ellas y a sus directores, actores, etc, les deseamos la mejor de las suertes. Y a Donald Trump le invitamos a verlas, porque el cine, como las ideas, es una fuerza capaz de ampliar el pensamiento.

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