Con el transcurso de los episodios, Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D parece confirmar cada vez más que el supuesto despegue que los que seguimos la serie hasta aquí esperábamos, nunca va a llegar.
Marvel's Agents of S.H.I.E.L.D: entre dos mundos [Crítica 1x09]

Por las personas involucradas en la creación ( Joss Whedon y su equipo, Jed Whedon y Maurissa Tancharoen), por el numeroso elenco o por el vasto y atractivo Universo Marvel, siempre estuvo latente la promesa de algo más, la promesa de que de repente Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D pegaría el salto y llegara a ser una serie única y tan entretenida como el universo cinematográfico.
Pero la posibilidad de esa promesa se va agotando y luego de nueve episodios resulta difícil que la tendencia cambie.
Sin arreglo
Repairs ("Reparaciones"), el episodio emitido este martes por ABC, incluye un caso no del todo interesante sobre una mujer que podría tener poderes telequinéticos pero finalmente no (¿queda alguien que ya no se espere un giro de este tipo en la mitad del episodio?), sino que es todo obra de un hombre que quedó atrapado entre dos mundos (la Tierra y el Infierno) luego de la explosión de un acelerador de partículas y quiere protegerla porque está enamorado de ella.
La verdadera amenaza es este misterioso hombre pero, sin embargo, más de la mitad del episodio se pierde con los agentes intentando descifrar cuál es el fenómeno que afecta a la mujer, mientras que al hombre lo vemos sólo unos pocos minutos.

Cuando aparece son los momentos más interesantes del episodio: cuando corta la energía en el avión o, aprovechando la ventaja de poder aparecer y desaparecer súbitamente, deja inconsciente al Agente Ward ( Brett Dalton) y deja a Skye ( Chloe Bennet) y Coulson ( Clark Gregg) encerrados.
Antes de todo esto se nos presentan algunos “sutiles” indicios de que alguien más había en el avión, como la propia aparición casi espectral del hombre, el misterioso movimiento de algunos objetos y después, claro está, la línea “hay otra persona en este avión”.
El pasado de May
El episodio sirvió también para abordar un poco más el misterioso y problemático pasado de Melinda May ( Ming-Na Wen), en el cual algunos eventos han tomado proporciones míticas y se han ido agrandando con el paso del tiempo, como la razón por la que la llaman “la caballería”.
Coulson le explica a Skye finalmente que no se sabe muy bien qué pasó pero que Melinda May salvó toda una peligrosa operación ella sola, y que salió de allí siendo una persona completamente diferente. Luego, por lo que dice Coulson, se apunta a sugerir que Skye y Melinda May tienen más en común de lo que creen, así que los sentimientos de Skye cambian respecto a ella.

Skye es finalmente la que deduce que el hombre está enamorado de la mujer y que no intenta lastimarla sino protegerla. No tenía ni remotamente los datos como para deducir eso y lo hace a partir de una simple palabra (“infantil”), pero es que el episodio debía apuntar a una conclusión.
De este modo, Melinda May, que es implacable (aparentemente más que Ward), logra reducir al hombre y por último convencerlo de que deje en paz a la mujer, diciéndole unas profundas palabras que -como nos enteramos después- fueron las mismas que Coulson alguna vez le dijo a ella.
En la última escena nos enteramos que Melinda May es también capaz de gastar una broma porque es un personaje mucho más rico y complejo de lo que imaginábamos.
Puntaje: 6/10. La serie sigue la misma fórmula en cada episodio y más allá de los irregulares casos de cada semana, el avance en la historia y el desarrollo de los personajes sigue siendo muy poco satisfactorio.






