Lou Reed fue uno de los músicos de rock más importantes e influyentes del siglo XX; un pionero en casi todos los aspectos que hoy en día asumimos como intrínsecos al rock y la música popular como expresión artística: fue revolucionario, transgresor, provocador, controversial, original y vanguardista.
Lou Reed y el cine

Todos estos aspectos están vinculados a su música, primero con la banda The Velvet Underground, con la que llevó al rock (junto a su colega John Cale y el artista Andy Warhol, igualmente involucrados en el proyecto) a una nueva instancia artística y experimental, que fracasó comercialmente, pero que deslumbró a los pocos que le prestaron atención en su momento, y luego como solista, donde produjo una obra tan variada e irregular como influyente y valiosa.
Pero además de todo esto, Lou Reed tuvo también una gran aproximación al cine, aunque no tan conocida como su carrera musical y tampoco tan popular como la incursión de otros músicos de rock en el séptimo arte, pero sí muy significativa y –sobre todo– vinculada a grandes realizadores y recordadas películas. A continuación te invitamos a conocer la cercana relación que unió durante muchos años a Lou Reed y el cine.
Debut como actor
En su primera aparición en la gran pantalla, Reed compartió trabajo con otro conocido e influyente músico: Paul Simon. El propio Simon escribió y protagonizó en 1980 One Trick Pony, en la que un antiguamente popular músico de folk-rock ha perdido su inspiración y no ha tenido un hit en diez años, por lo que busca nuevos caminos apuntando al punk rock.
Lou Reed interpreta aquí al productor del nuevo disco del artista, alguien que interfiere constantemente en su música e intenta imponer su visión, probablemente basado en más de un productor que ambos deben haber conocido a lo largo de su carrera.
Cameos y otros papeles
En 1983, Reed tuvo un cameo en la comedia musical Get Crazy, protagonizada por Malcolm McDowell, y en ella aparece en el papel de Auden, un cantante de folk metafísico, muy popular en la década de los 70 pero ahora convertido en un antisocial recluso. Si la historia del personaje les suena familiar, es porque era una parodia a Bob Dylan.
Luego de esto, Lou Reed también prestó su voz a algunas comedias animadas. Primero fue en Rock & Rule (1983), una comedia de ciencia ficción en la que habían mutantes humanoides (y que incluia canciones de Blondie, Iggy Pop y Earth, Wind & Fire, entre otros), y más recientemente puso la voz de un villano en la película animada infantil Arthur and the Great Adventure (Luc Besson, 2009).
Otro memorable cameo de Lou Reed fue en la comedia Blue in the Face (1995) dirigida por Wayne Wang y el escritor Paul Auster, en la que interpretó al “Hombre con las Gafas Extrañas”.
Como Lou Reed
A medida que Lou Reed fue ganando reconocimiento y popularidad (si bien su música nunca fue enteramente popular, su personalidad y su figura siempre fueron de las más destacadas en el ámbito artístico y cultural) comenzó a aparecer en algunas películas interpretándose a sí mismo.
De éstas se destacan Faraway, So Close! (1993) y Palermo Shooting, ambas dirigidas por el prestigioso cineasta alemán Wim Wenders (el mismo de Paris, Texas y El cielo sobre Berlín), y Prozac Nation (2001), protagonizada por Christina Ricci y Jason Biggs. En el film Lulu on the Bridge (1998), escrita y dirigida por Paul Auster, se le da una variación a este rol y el músico aparece acreditado como “No es Lou Reed”.
Su música en el cine
Pero sin lugar a dudas, uno de los momentos cinematográficos más asociados a Lou Reed es una escena de la película Trainspotting ( Danny Boyle, 1996) en la que suena la canción Perfect Day (perteneciente al álbum Transformer, de 1972, su segundo trabajo como solista y uno de los más valorados de su carrera), que hasta entonces no era tan conocida, pero que la película ayudó a convertir en una de las más populares de Reed, incluso para el público no demasiado familiarizado con el resto de su obra.
También fue la película la culpable de que la canción quedara luego asociada directamente a la adicción y a la heroína en particular, droga que consume el protagonista del film ( Ewan McGregor), aunque la letra no se refiera a nada de esto.
Otras películas importantes que incluyeron canciones de Lou Reed o que se relacionan con él y su obra son: Velvet Goldmine (Todd Haynes, 1998), que incluye en la banda de sonido la canción Satellite of Love; Lost Highway (David Lynch, 1997), que utilizó la canción Magic Moment; The Squid & The Whale (Noah Baumbach, 2005), con el sonido de Street Hassle; la memorable canción Heroin que abre la película Killing Them Softly (Andrew Dominik, 2012); y una constante referencia a él y sus canciones a lo largo de la comedia independiente Adventureland (Greg Mottola, 2009).
No caben dudas que la influencia de Lou Reed se extendió mucho más allá de la música y su legado permanecerá no sólo en sus discos, sus letras y en el camino que siguieron muchos músicos que vinieron después, sino también en grandes momentos del cine y en muchos de sus principales exponentes.

