Hace apenas unos meses, Disney llevó a la pantalla grande el remake de uno de los cuentos más importantes de la productora de Mickey Mouse: Aladdin. Ya sea en su versión animada o live action, este filme es fundamental para cualquiera que se considere fan de los cuentos de hadas, pero ¿te has preguntado de dónde viene esta historia? Nosotros te lo contamos.
La verdadera historia de Aladdin no tiene (casi) nada que ver con lo que nos contó Disney


¿Recuerdas Las mil y una noches? Es probable que éste sea el primer referente que te venga a la mente cuando piensas en literatura "oriental", también es muy probable que gran parte del imaginario de esa cultura sea erróneo y que esté lleno de ideas y conceptos occidentales que en realidad, no tienen nada que ver con Aladdin ni con "Oriente".
Durante muchos años se nos ha hecho creer que historias como Alí Babá, Simbad el Marino y en este caso, Aladdin, pertenecían a este compilado de cuentos fantásticos.
Pero tememos decirte que no es así, ya que, según una investigación, estos fueron agregados (y robados) en el siglo XVIII por Antoine Galland, un europeo encargado de traducir Las mil y una noches.
Entonces ¿de dónde vienen Las mil y una noches?
Este libro se trata de literatura oral, es decir que son cuentos que fueron escritos mientras eran contados por cuentistas o aventureros que disfrutaban compartir sus travesías con el quienes los escucharan, por lo tanto no hay un escritor específico para estos cuentos.

Esto también se relaciona con que existan diferentes versiones que, con el tiempo, se van ampliando o modificando al gusto local, y forman así una autoría colectiva muy típica de la literatura oral.
Al parecer, el origen de este libro se encuentra en Persia en una antigua colección de relatos llamada Los mil cuentos. Según documentos del siglo IX, la primer persona que tradujo estos cuentos del persa al árabe fue Al-Muqaffa.

El verdadero origen de Aladdin
La historia se remonta a 1660 cuando Antoine Galland, un orientalista y arqueólogo francés, después de estudiar durante varios años árabe, latín y griego, fue contratado en la Sorbona para catalogar manuscritos orientales y para brindar servicios diplomáticos en los franceses en la embajada de Constantinopla.

Fue en 1668 que viajó a Siria, donde compró el que en aquel momento era el manuscrito más antiguo que se conocía: Las mil y una noches, mismo que se dio a la tarea de traducir años después, en 1704.
Galland, en su afán de traducir el antiguo texto, se tomó la libertad de añadir los cuentos que le contaba su amigo, Hanna Diyab, un sirio afincado en París que, además de tener una gran imaginación, era un excelente narrador.

El traductor escribió en su diario que había recibido la historia del genio de la lámpara el 5 de mayo de 1709. Días después también redactó Alí Babá y la historia de Simbad, mismos que fueron publicados como si fueran parte de la autoría de Galland.
Hanna Diyab no imaginaba el peso que tendrían sus historias y mucho menos el dinero que estas generarían. En sus memorias, Diyab se refiere a Galland de la siguiente forma:
quote: Había un anciano que nos visitaba a menudo. Estaba a cargo de la biblioteca de libros árabes. Faltaban algunas noches en el libro, así que le conté historias que sabía. Luego completó el libro con estas historias, y él estaba muy satisfecho conmigo.
En otras palabras, Galland veía a Hannah como un informante nativo, o bien como alguien que siendo parte de la comunidad podía contar las historias con más certeza de lo que haría el europeo.
Es cierto que al crecer en Siria, Diyab pudo haber escuchado o leído cuentos europeos que después memorizó y adaptaría a las historias.

También se habla de un cuento folklórico húngaro autóctono grabado en 1874, que habla de un niño gitano y que está sumamente relacionado con la historia de Aladino. Es posible que Diyan haya escuchado esta historia debido la migración europea en Siria.

Como traductor, Antoine intentaba ser lo más fiel posible a la lengua árabe y él mismo decía que solo se apartaba de la originalidad de los textos cuando la moralidad lo obliga. Es decir, que censuraba las partes que fueran explícitamente sexuales y las adaptaba a un estilo más puritano.
Incluso, investigadores han asegurado que casi todas las versiones conocidas de Las mil y una noches están ampliamente censuradas y llenas de cuentos añadidos que no pertenecían al libro original.

Esta censura sí afecta el contenido original del texto, de no ser así Disney no hubiera sacado una versión animada y mucho menos live action, de este clásico.
La eliminación de estas escenas afectó para siempre la forma como Europa (y, posteriormente, nosotros) interpretamos el mundo persa y árabe: el puritanismo con el que lo relacionamos no tiene nada de árabe, musulmán o persa, es completamente europeo.
Por este y otros motivos es que se tiene una versión tan distorsionada del mundo árabe, de Aladdin y de sus implicaciones.
¿Te gustaría que te contáramos el verdadero origen de otra historia? Cuéntanos en los comentarios.
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