Inventó el cine tal como lo conocemos e hizo más de 1000 películas, pero nunca oíste su nombre

Cuando pensamos en los inicios del cine, en los pioneros que construyeron ese arte y esa industria hoy tan enorme y popular, siempre surgen más o menos los mismos nombres, que tienen en común el ser nombres masculinos.

PUBLICIDAD

Thomas Edison y los hermanos Lumière, George Méliès con su primera película de (ciencia) ficción, o antes Eadweard Muybridge y su comprobación del galope del caballo, y la película en el jardín del enigmático y posteriormente desaparecido Louis LePrince.

En la Historia los hombres eran los que hacían cosas.

Las mujeres estaban ocupadas en tareas domésticas y pariendo a los hombres del futuro —esos que podrían eventualmente ser artistas, ingenieros, empresarios, militares, políticos o lo que quisieran— o a las mujeres del futuro, las que podrían (debían) ser madres y esposas.

Los hombres, en efecto, escribían la Historia, y eso, sumado a otros factores más arraigados y complejos en las costumbres políticas y sociales del devenir histórico (que exceden ampliamente el propósito de esta nota), ocasionó algunas curiosas omisiones.

Por ejemplo en los casos excepcionales en los que las mujeres sí desafiaron su rol y se adentraron en terrenos masculinos.

Así se explica el hecho de que el nombre de Alice Guy-Blaché no sea hoy tan reconocido y mencionado como los de sus colegas de la misma época, pese a que estuvo un paso por delante de ellos.

PUBLICIDAD

Alice Guy, nacida en Francia en 1873, inventó el cine tal como lo conocemos, realizó más de 1000 películas en su carrera y hasta fundó su propio estudio cinematográfico, que precedió a Hollywood.

Pero la historia del cine la ignoró.

Alguien que haga del cine un arte

Imagen Wikimedia Commons

Thomas Edison en Estados Unidos y los hermanos Lumière en Francia estaban por la misma época, a fines del siglo XIX, en una carrera por ver quién lograba resolver un problema clave: ¿Cómo proyectar al público imágenes grabadas?

Cuando lo resolvieron, Edison con su kinetoscopio y los Lumière con su cinematógrafo, triunfantes exhibieron las que son consideradas las primeras películas de la historia.

En 1893 Edison proyectó en Brooklyn la película Blacksmith Scene, que dura 34 segundos y muestra, con una cámara fija, a unos herreros trabajando, parando para tomar un trago de cerveza y luego volviendo a trabajar. Es una de las primeras películas conocidas que incluye actores interpretando personajes.

Los Lumière realizaron su primera presentación pública en 1895, inaugurada con la película Sortie des Usines Lumière à Lyon ( La salida de la fábrica Lumière en Lyon), en la que se ve a unos obreros saliendo de la fábrica y se extiende por 46 segundos.

Poco después proyectarían la más famosa L'Arrivée d'un train en gare de La Ciotat ( La llegada de un tren a la estación de La Ciotat), que según el mito hizo huir en estampida al público que, desconocedor del funcionamiento cinematográfico, temía que el tren saliera de la pantalla y los pasara por encima.

Es evidente que lo que preocupaba a estos hombres, de formación científica, era sobre todo el asunto de carácter técnico.

PUBLICIDAD

Poco importaba realmente el contenido de sus películas, sino el hallazgo de poder grabar imágenes en movimiento y exhibirlas a un público.

(Cabe mencionar que el enfoque en el contenido de todas maneras existía, y así lo prueba el corto L'Arroseur Arrosé de los Lumière, la primera comedia slapstick del cine).

Una vez que lo lograron habían cumplido su cometido, sembrando la semilla de una industria de la que ellos mismos se beneficiarían vendiendo sus inventos.

Pero hacía falta una mente menos técnica para llevar definitivamente el cine hacia una forma de arte.

La primera directora de cine

Cuando los hermanos Lumière hicieron su presentación, había entre el público una joven que estaba allí en su calidad de secretaria del inventor y empresario Léon Gaumont, propietario de una compañía que fabricaba y vendía cámaras fotográficas.

La joven era, obviamente, Alice Guy.

Después de ver la serie de cortometrajes proyectados por los Lumiére, Alice Guy no podía creer que una idea como ésta estuviera siendo aprovechada nada más que con propósitos científicos o comerciales.

¿Por qué no narrar una historia? ¿Por qué no hacer ficción? ¿Por qué no convertirla en arte?

Así que le pidió permiso a Gaumont, quien ya estaba interesado en involucrarse en ese incipiente y pujante negocio, para hacer su propia película.

Alice Guy hizo una película titulada La Fée aux Choux ( El hada de los repollos), que data de 1896 y hoy está perdida. Fue la primera película narrativa de la historia. La primera ficción del cine. Faltaban seis años para que George Méliès hiciera El viaje a la luna.

PUBLICIDAD

Se trata de un cortometraje de un minuto, una breve historia de fantasía que involucra a una pareja que está de luna de miel, a un granjero, y a una extraña hada que extrae bebés de los repollos, mientras sonríe amablemente y realiza misteriosos gestos mágicos.

Sobrevivió una segunda versión de la película, realizada en 1900, que no tiene a la pareja ni al granjero.

Hoy se suele hablar de El hada de los repollos como «La primera película dirigida por una mujer», lo cual es técnicamente correcto, pero es también la primera película que tiene un director(a) en el sentido que hoy le damos a esa palabra.

Alice Guy inventó el oficio de director de cine.

Después de esa película, Guy se convirtió en jefa de producción de Gaumont, puesto que desempeñó entre 1896 y 1906. En ese período, no paró de hacer películas, cortos y largometrajes, todos pensados para narrar una determinada historia, por sencilla y elemental que sea, aunque cada vez lo eran menos.

En esa década, era probablemente la única mujer en la industria del cine, y su ambición y voluntad de asumir riesgos no tenían casi comparación (salvo, posiblemente, por la de Méliès).

En 1906 hizo la película La vie du Christ ( La vida de Cristo), inédita por su presupuesto y producción.

En ella reconstruye toda la historia de Jesucristo en una película de media hora, con 25 escenas situadas en diferentes sets y locaciones exteriores, y la participación de más de 300 extras. Allí emplea algunos de los primeros efectos especiales en el cine, utilizando doble exposición, técnicas de enmascarado y una reproducción hacia atrás de una cinta. Que se sepa, no muchos habían empleado esas técnicas hasta ese momento.

PUBLICIDAD

La película se proyectó acompañada por charlas, otras imágenes alternadas y números musicales, que conformaban un espectáculo de hora y media.

Casi como si fuera una película moderna.

Su propio estudio americano

Pero Alice Guy no se quedó allí. En 1907 se casó con otro empleado de Gaumont, Herbert Blaché, que había sido nombrado jefe de producción de Gaumont en los Estados Unidos, y viajó con él hacia el nuevo continente.

Juntos fundaron, en 1910, The Solax Company, que se convertiría en el primer gran estudio de cine en la era pre-Hollywood.

Alice Guy siguió haciendo películas y oficiando como directora de arte de su propio estudio, con su esposo como director de producción y director de fotografía de sus films.

Y su espíritu pionero y revolucionario se mantuvo en este período, en el que el cine se estaba transformando desde su origen como curiosidad científica en gran industria artística.

El éxito de las películas de The Solax Company llevó al estudio a invertir más de 100.000 dólares (una suma extraordinaria en aquellos tiempos) en mejoras tecnológicas e innovaciones técnicas de producción. El famoso estudio Metro Pictures (luego Metro-Goldwyn-Meyer) comenzó su negocio en 1916 operando como distribuidora de las películas más exitosas de Solax Company.

Cine político y social

Dos de sus películas, A House Divided (1913) y Matrimony’s Speed Limit (1913), son considerados ejemplos de su visión del matrimonio como una unión igualitaria y sincera entre ambas partes. Esto en tiempos en que las mujeres todavía estaban luchando por su derecho al voto.

PUBLICIDAD

Su corto A Fool and His Money de 1912, sobre un hombre que encuentra una gran suma de dinero y adopta un estilo de vida aristocrático, es considerada la primera película que incluye un elenco enteramente negro.

Making an American Citizen, del mismo año, aborda la temática de la inmigración, la adaptación a una nueva sociedad y el cómo ser un buen ciudadano, con un mensaje sencillamente feminista: un buen ciudadano (americano) es el hombre que respeta a su mujer, y una buena ciudadana la mujer que no tolera el abuso de su pareja.

Alice Guy realizó además numerosas películas de acción, protagonizadas por heroínas femeninas, muchas de ellas interpretadas por su actriz de cabecera, Vinnie Burns. En una de ellas, quizá la más ambiciosa, Dick Whittington and His Cat (1913), Alice Guy filmó una explosión real de un barco.

Sobresalen además, en su catálogo para Solax, una serie de películas que subvertían nociones de género, algo que la directora había hecho naturalmente en su propia vida, y que se reflejaba en sus historias; historias que sonarían de avanzada incluso hoy, casi dos décadas después de empezado el siglo XXI (y así son tratadas, de hecho, cuando se hacen).

Comedias de enredos como Cupid and the Comet (1911), en la que una chica se viste de varón para que su padre no impida su romance y fugarse con su novio, lo que los convierte a simple vista en una pareja del mismo sexo, o What Happened to Officer Henderson (1913), donde un par de oficiales de policía se visten de mujer para atraer a un misterioso ladrón de carteras.

PUBLICIDAD

En In the Year 2000 (1912), un remake de su propia película de 1906 Les Résultats du féminisme ( Las consecuencias del feminismo), muestra una sociedad futurísta en la que los roles de hombres y mujeres se han invertido, y los hombres de gestos amanerados se ocupan de las tareas domésticas y de cuidar a sus hijos, mientras las mujeres, adoptando una actitud grosera y de macho, beben y leen periódicos en los bares, flirteando con los hombres que pasan.

Un concepto idéntico al de la reciente película francesa de Netflix I Am Not an Easy Man, lanzada en 2018 como una comedia ingeniosa y con una hilarante vuelta de tuerca.

Con el surgimiento y crecimiento de la industria de Hollywood, al otro lado de los Estados Unidos, la industria que operaba en la Costa Este se hizo cada vez más costosa e inviable, hasta que finalmente sucumbió.

Las últimas películas de Alice Guy datan de 1920, completando una filmografía que, entre cortometrajes y largometrajes, se cree que incluye más de 1000 películas, la mayoría de ellas perdidas u olvidadas.

Que la historia no me olvide

Según el libro The Great Adventure: Alice Guy Blaché, Cinema Pioneer de Joan Simon, en los cuarenta, cuando el cine ya atravesaba su era dorada, la propia Alice Guy comenzó a preocuparse por su inexplicable ausencia en el registro histórico de la industria.

Constantemente intentaba comunicarse con colegas y con historiadores del cine para aportar datos sobre sus trabajos y su vida, o para corregir otros que habían sido mal registrados.

PUBLICIDAD

Creó ella misma una lista completa de las películas que había hecho y de cómo las recordaba. Finalmente escribió su propia autobiografía, que no fue publicada hasta 1976, algunos años después de su muerte.

Según publicaciones de la época, durante su prolífica y exitosa carrera al frente de Solax Company, Alice Guy tenía en su estudio un enorme letrero que decía: «Sé natural».

Podemos asumir que lo fue, y que su naturaleza era revolucionaria, inconformista y pionera, a pesar de desempeñarse en una industria en la que lo natural era ser hombre.

Sigue leyendo: