El polémico género que rompió las barreras del cine: los mockumentaries

Nos sentamos en nuestro espacio predilecto a lo Sheldon Cooper y comenzamos con nuestro ejercicio preferido: el zapping. De pronto nos encontramos con un hombre hablándole a la cámara sobre una tragedia ocurrida. Su nombre y profesión aparecen en el zócalo de la pantalla y lo que narra lo dice de forma natural. La siguiente imagen es una serie de secuencias capturadas por novatos con cámaras hogareñas. Algo sucede y esa persona estaba justo ahí para filmarlo. El documental recolecta las escenas y testimonios de lo ocurrido. Finalmente nos horrorizamos tanto con esas imágenes reales que cambiamos de canal.

En realidad nada de lo que acabamos de ver sucedió ya que se trata de una “ mockumentary”, un género utilizado para parodiar o dramatizar una historia con una estética de documental. En definitiva, ficción sin que el espectador lo sepa.

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Las características principales de las mockumentaries (en especial las del cine dramático) son:

  • Filmaciones amateurs (VHS caseros, cámaras de seguridad, etc.) y/o profesionales pero “cámara en mano” (suelen agitarse, salirse de foco, etc.).
  • Actores desconocidos (el público no debe ligar a los protagonistas con la ficción).
  • Centrarse en un evento ocurrido o que suele ocurrir.
  • Marketing viral que sostenga la teoría de “documental” y la aleje de la ficción.

El caso de las parodias es diferente ya que el destino es el humor y no el impacto. Las características suelen pasar por las tomas más largas tras lo dicho por el personaje del actor (se deja un tiempo en donde se observan los gestos del personaje ya en silencio) y pueden contar con actores famosos, presupuestos abultados, etc.

Los dramas, tanto para cierta parte del público como cineastas, son un género muy polémico debido a que su efecto se logra a partir del engaño. ¿Sorprende de la misma forma si sabemos que se trata de un documental falso?

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Lo cierto es que los mockumentaries no comenzaron ahora. Probablemente el inicio más fuerte haya sido la misma Guerra de los Mundos que Orson Welles relató por radio en 1938. En cuanto a imagen, algunos sostienen que es Tierra sin pan de Buñuel en 1933 ya que algunas escenas fueron montadas por el director.

El paso de los años dejó numerosos mockumentaries populares. A Hard Day's Night (1964), que contaba la supuesta vida de The Beatles, This Is Spinal Tap (1982), sobre la vida de una banda de rock ficticia, Alien abduction, incident in lake country (1998), que filma la llegada de extraterrestres a una granja familiar, Dark Side of the Moon (2002), que cuenta la historia de cómo Stanley Kubrick filmó “la falsa llegada a la Luna” y The Troll Hunter (2010), que muestra a un cazador de trolls noruego.

El subgénero que más ha proliferado en estos años (y que probablemente continuaremos viendo) es el de found footage. Desde los 90 hemos visto importantes éxitos como The Blair Witch Project (1999), Paranormal Activity (2007), Cloverfield (2008) y Project X (2012). En cambio, quien mantuvo la estética del tradicional “mockumentary” de comedia fue la historia de los vampiros en What We Do in the Shadows (2014). Este estilo es más frecuente en series de televisión.

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A pesar de que en estos años el género se ha bastardeado aprovechándose más como recurso para abaratar costos que para contar una idea interesante, es probable que sigamos encontrando mentes brillantes que lo utilicen debidamente y, para quienes aún recordamos el miedo y la intriga generada por aquel VHS con una mala copia de Alien Abduction que un amigo nos prestó, nos es grato que las mockumentaries continúen vigentes.

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