Con sus aciertos y errores, El Soldado de Invierno es una película u otra, según el tipo de audiencia que concurra a la sala. Quien haya ido en busca de un entretenimiento liviano, potenciado ahora con la tecnología en 3D, seguramente se haya ido conforme o no, pero sin dudas el film se despidió de la memoria una vez puso un pie fuera de la sala.
Capitán América, El Soldado de Invierno y la misma película [Crítica]


El análisis es más complicado para quienes siguen al personaje, o bien desde las historietas, o bien desde su precuela, y acudieron a la sala en busca de ciertos elementos clave. En este caso, la película sigue viva aún fuera de la sala de cine, ¿por qué?


Hay que felicitar a Disney y Marvel Entertainment por esta nueva forma de hacer películas en formato crossover. Una idea brillante desde el concepto de branding, y que le permite a los espectadores ver la misma película con diferentes argumentos. Esto explica la predisposición de búsqueda en quienes acuden al cine por devoción al Universo Cinematográfico de Marvel, en este caso la película es El Soldado de Invierno, pero a la vez es Thor 2, Avengers, Iron Man 3 y el resto del rompecabezas que, desde el 2008, vienen armando Marvel y Disney.
También explica la discusión continua que tiene lugar fuera de la sala y, principalmente, en blogs y redes sociales: la escena post-créditos, los cameos, el humor y una larga lista de elementos que reaparecen en todas las películas del UCM aparecen y reaparecen, estructurando así… el mismo film.
Lo que se ve en sí en la gran pantalla no dista mucho de las expectativas en cualquiera de las dos audiencias: acción, humor y efectos especiales; entretenimiento liviano para el sábado a la noche con una trama arquetípica de las películas de espías, lo que nos lleva al punto central de este análisis.

¿Y el protagonismo del Capitán América? Queda en un sugerente segundo plano, ofuscado por el propio argumento, que pone a S.H.I.E.L.D como una especie de protagonista principal en la historia, pero también por la pobre interpretación de Chris Evans como el Capitán América.
Quienes sigan al personaje desde su clásica versión del cómic seguramente hayan notado la falta de carisma, liderazgo y actitud en la interpretación que Evans le imprime al papel. No se trata de un problema de guión, sino de actuación, en lugar de reflejar el liderazgo y carisma que caracteriza a Steve Rogers, nos encontramos de cara a un personaje totalmente espectral aturdido por el entorno. El trabajo de Evans no acentúa ni la fortaleza moral que sugiere el guión ni la rudeza del personaje del cómic.
La otra cara de la moneda la ponen, cuando no, Robert Redford como Alexander Pierce y Samuel L. Jackson en su papel de Nick Fury. La dupla demuestra en más de una oportunidad lo que sucede cuando se juntan dos actores de gran fuste en el mismo plano, gran química y maestría para llevar adelante los dos personajes más importantes de la película, por debajo del mismo Soldado de Invierno, claro.
En definitiva, una buena película de acción e intriga con los clásicos toques de humor de los largometrajes de Marvel. Queda en el tintero la revisión de Chris Evans como el Capitán América, superado por casi todos los personajes que aparecen en el film, incluido su propio side kick. Pero fuera de eso, el film destaca tímidamente entre otros estrenos de cartelera como... Need For Speed. Así es muy fácil.









