Breaking Bad: confesión de un inocente [Crítica 5x11]

El enfrentamiento entre Hank ( Dean Norris) y Walter ( Bryan Cranston), que se planteó ya en el primer episodio de esta segunda parte de la temporada 5 de Breaking Bad, funciona como hilo conductor de esta recta final pero, en el medio, Walt ha debido enfrentar primero la complicada situación con Skyler ( Anna Gunn) y, ahora, lidiar con un atormentado Jesse ( Aaron Paul), algo que tuvo consecuencias muy distintas y que debemos esperar al próximo capítulo para saber cómo sigue. 

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Además de esto, Lydia ( Laura Fraser) y Todd ( Jesse Plemons) insisten con contar con Walt en el negocio nuevamente, por lo que podemos suponer que tendrán algo que ver con esta recta final del viaje de Walter White / Heisenberg.

El abrazo de despedida

Era posible pensar que luego de todo lo que habíamos visto de Walt y de lo que era capaz con tal de salirse con la suya (explotar una bomba en un residencial de ancianos, ¡envenenar a un niño!), ya no podía sorprendernos. Sin embargo, en estos últimos episodios ha dado muestras de que es capaz de ir más allá.

Ahora utiliza a su propio hijo, Walter Jr. ( RJ Mitte), informándole lo de su cáncer para que esto le juegue a su favor ante Hank y Marie ( Betsy Brandt).

Luego, en esa electrizante escena en medio del desierto, sabemos que Jesse tiene razón, que lo que Walt le dice tratando de hacerlo pasar por consejo paternal y preocupación por la seguridad de Jesse, no es más que un intento de cubrirse a sí mismo. Y los dos saben que si Jesse le dice que no, Walt lo matará.

Imagen AMC Networks

Es cierto que Walt no quisiera hacerlo, tiene un sincero aprecio por Jesse, pero el afecto o el cariño es algo que Walt no dejará que se interponga en lo que él considera que debe hacer. Por eso le da ese abrazo que es casi como una sentencia, un “no me hagas que tenga que hacer esto”: Jesse o se va o muere.

La revelación

La manera en que después Jesse descubre que el cigarrillo con el ricino se lo había sacado Saul Goodman ( Bob Odenkirk) quizás fue de lo peor de estos últimos episodios. La conclusión de Jesse, o la revelación, pareció apresurada y poco creíble. El razonamiento fue que si ahora le sacaron la marihuana sin que se diera cuenta, entonces antes le habían sacado el cigarrillo de ricino. Nosotros sabemos que es verdad, pero llegar a esa conclusión sin saberlo no suena demasiado posible.

Imagen AMC Networks

Evidentemente, esto permitió que disfrutemos de algunos de los mejores momentos de la temporada, con Jesse enfrentando a Saul y perdiendo la calma por completo, hasta llegar al impactante final del episodio, que termina de manera abrupta y dejando miles de preguntas y posibles teorías ante el próximo (de todas maneras, en el flashforward anterior, cuando Walt llega a su casa abandonada, ésta no parecía haber sido incendiada. ¿Será Walter Jr. el que intervenga?).

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Otra muestra de los niveles de perversidad y maléfica elucubración a los que puede llegar Walt es su inesperada “confesión”. La falsa historia diseñada por Walt, con la complicidad de Skyler, suena bastante consistente y habrá que ver cómo resulta esto para Hank.

Imagen AMC Networks

Puntaje: 8. Este gran episodio no tuvo una única escena que no resultara intrigante o emocionante, que no tuviera tensión. Además, las primeras apariciones de Saul Goodman brindaron un respiro con algo de humor. Exceptuando la apresurada conclusión de Jesse fue uno de los mejores de la temporada.