Esto no es algo que se acostumbre en muchos países, pero es interesante de saber y quizás ponerlo en práctica en el caso en que nos parezca interesante. Se trata de los vinos como postre, es decir, luego de terminar una comida, no se ingiere una fruta o un dulce, sino una copa de un vino en especial. Esto es una costumbre de la vitivinicultura italiana, y de allí es que se ha expandido esta tradición.
Vinos de postre: una interesante costumbre

Cuando se ha degustado una rica comida, o también luego de los pasteles de la tarde, se procede a beber una pequeña cantidad de vino. Los vinos que se sirven pueden ser tintos, blancos o rosados, pero todos tienen un alto contenido alcohólico, de 20 % aproximadamente.
Son todos vinos fáciles de digerir, y que tienen un aroma intenso y floral. Los vinos de postre se sirven en pequeñas copas o vasos, porque con unos sorbos alcanza para cumplir con la finalidad de estos vinos.
Además, eso asegura que la temperatura de la mano no influirá en la del vino a la hora de beberlo, buscando que el vino esté a unos 12º Celsius más o menos. Es una linda costumbre, y para quienes disfrutan del momento del postre pueden probar con esta nueva variante.
Vía | agip








