Pan de carne relleno

Hace un tiempo estaba en uno de esos días “no tengo ganas de nada”, abrí la puerta del congelador y me amé. No a mí en ese instante, sino a mi otra versión: la opuesta, la proactiva, la planificadora.

Mi faceta vaga adora mi faceta emprendedora como ninguna. Juntas conviven deliciosamente. ¿Por qué? Porque una permite a la otra. Ese día, cuando abrí el congelador me encontré con muchas opciones de comida que ya había olvidado: empanadas, hamburguesas, torta, etc.

Siempre que puedo me hago de un rato para cocinar para varias personas, aunque en realidad solo es para mi. Luego troceo y congelo en porciones. De este modo, los días que estoy sin ganas o falta de tiempo, saco del congelador lo que me apetece, caliento y gualá. ¡La cena está lista!

Además, como vivo sola, esto me permite ir variando. Pues si no congelo y me hago una tarta (por ejemplo), tengo que comer tarta todos los días antes que se ponga en mal estado. ¿Y a quién le gusta comer lo mismo día tras día?

Una de las recetas que suelo repetir con estos fines, es pan de carne. Es super práctico para congelar e ir comiendo a demanda (cosa que descubrí gracias a la sabiduría de mi madre). La clave está en prepararlo al horno y dejarlo un poco crudo. De este modo, cuando calentemos de nuevo la porción se terminará de cocer y quedará bien jugoso.