¿Lo odias o lo amas? Esto dice la ciencia sobre tu relación con el CAFÉ

¿En qué equipo estás? 

En el mundo del café hay dos grupos que se diferencian muy bien: los que lo odian y los que lo aman. 

Están quienes pueden beber café a toda hora y todo el día sin tener ningún problema. La primera taza de café del día es motivo suficiente para comenzar a sonreir. 

Luego están quienes no lo soportan. O porque luego de una sola taza de café por la tarde saben que verán afectadas sus horas de sueño o porque directamente no soportan su sabor. 

Triste es si eres de las que AMAN el nectar negro pero tampoco pueden dormir si se toman una taza de café cerca de la hora de la noche. 

Pero vayamos a lo que importa: ¿qué dice la ciencia? 

¿Por qué el café actúa de manera tan diferente en cada una de nosotros? Parecería que todo tiene que ver con la genética. Según Ahmed El-Sohemy, un profesor de Nutrición de la Universidad de Toronto todo se debe a un único gen y su variedad. 

El gen se llama CYP1A2 y es uno de los responsables del metabolismo de la cafeína. Lo que explica El-Sohemy, tras las conclusiones de un estudio que realizó hace más o menos una década, es que al gen lo podemos heredar de nuestros padres y en dos diferentes variedades. 

Si heredamos dos copias de la variante rápida de CYP1A2, somos de "metabolismo rápido" para el café, lo que nos permite digerir la cafeína 4 veces más rápido que quienes heredan dos copias de la variante lente de CYP1A2. 

Pero no termina ahí. Porque lo que también revela el estudio es que las personas con "metabolismo lento" para el café corren riesgos de ataques cardíacos si beben más de cuatro tazas por día. Ocurre lo contrario en quienes tenemos el metabolismo rápido. Mientras para los primeros la cafeína se mantiene demasiado tiempo en la sangre y no es bueno, para los segundos son provechosos todos los beneficios del café: como antioxidantes y polifenol.  

Para disfrutar más el café

Si eres parte del tercer grupo, amas el café pero te sucede lo mismo que a quienes lo odian, puedes aprovechar su intenso sabor para preparar recetas deliciosas. ¿Por ejemplo? Una torta moka, o pequeños muffins de café. 

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