Un postre para degustar y ahorrar, para aprovechar y embelezar… así es la leche frita: agradable al paladar y al bolsillo.
Leche frita: agradable al paladar y al bolsillo

Se trata de uno de los postres que más reivindicaciones sobre su autoría posee, en parte porque su verdadero origen es incierto. Ante tal vaguedad muchas regiones españolas se disputan su creación y dicen tener la auténtica receta. La verdadera, esa con las variantes originales que llevaron a la leche frita a su fama.
Sea quien sea quien la haya creado, poca relevancia amerita a la hora de devorarla. Y mientras su creador no puede concretarse, sí sabemos que el postre es tradicionalísimo de todo Castilla- León, y especialmene de Salamanca.
La mejor versión del postre y la más habitual es la casera, esa que hace mamá o toda ama de casa para su rebaño. Sin embargo nunca falta en alguna que otra pastelería y muchos que más restaurantes.
Caseras y elaboradas según la antigua receta tradicional que llegó a cada familia, la leche frita puede encontrarse en distintos formatos (aunque de todos modos el más popular es la forma cuadrada o rectangular espolvoreadita con azúcar y canela). Por estar rebozadas y fritas, su color es dorado y su textura cremosa, pero consistente.
Leche Frita
Ingredientes:
• 9 cucharadas de harina (dos de ellas de maicena)
• 2 vasos de leche
• 2 huevos
• 4 cucharadas de azúcar glass
• 5 cucharadas de azúcar
• ½ corteza de limón
• 1 palito de canela y canela en polvo para decorar
• ¼ litro o más de aceite.
Preparación:
Disolvemos seis cucharadas de harina en la leche fría y, una vez disuelta, le añadimos el azúcar normal, la canela y la corteza de limón. Ponemos el recipiente sobre el fuego y movemos sin cesar para que al hervir se espese pero no se formen grumos.
Una vez hecha, extendemos la masa en una fuente para que se enfríe de manera que su grosor no supere 2 cm. Ya fría, la cortamos en cuadrados que pasamos por las tres cucharadas de harina restantes y por los huevos, muy batidos.
Freímos los cuadrados de leche en el aceite muy caliente, por los dos lados, hasta que tomen un color tostado. Serviremos la leche frita, caliente o fría, y cubierta por el azúcar fino.
De esta manera ya estarían listas, pero para los más “atrevidos” las aconsejo flambeadas con un buen licor, le dan un toque especial.
Via | salamanca.vivelaciudad





