Todos agradecemos tener en la mesa un buen postre para brindar a nuestros comensales. Por eso hoy te propongo la receta del mejor cheesecake de ricotta horneado que probarás en tu vida. Este dulce, espolvoreado con azúcar y especias, queda muy suave y cremoso.
El mejor cheesecake de ricotta horneado que probarás

Cada cucharada que pongas en tu boca hará que desees tomar una más. Delicioso y digno de una cena refinada, te aconsejo que no te lo pierdas.
Ingredientes:
(Para 8 porciones)
- Aceite de canola (para engrasar el molde)
Para la masa
- 1 ¼ taza de harina
- 1/3 taza de harina de maíz
- 1/3 taza de azúcar
- 100 g de mantequilla (troceada)
- 1 huevo
- 1 cucharada de leche
Para el relleno
- 400 g de queso ricotta (desmenuzado)
- 250 g de queso crema (suave)
- ½ taza de azúcar
- 2 cucharaditas de vainilla
- 1 huevo
- 2 cucharaditas de azúcar glasé
- ½ cucharadita de canela en polvo
Preparación:
Precalienta el horno a 160ºC. Engrasa un molde para tarta con aceite de canola.
En un procesador de alimentos coloca la harina, la harina de maíz, el azúcar y la mantequilla. Mezcla bien hasta que la masa luzca como migas de pan finas. Agrega el huevo y la leche. Procesa bien y luego retira 1/3 de la masa. Envuélvela en papel de hornear y refrigera.
Toma el resto de la mezcla y amásala con un rodillo entre dos hojas de papel de hornear, dejándola en 5 mm de espesor y 30 cm de diámetro. Con mucho cuidado retira la capa superior de papel y vuelca sobre el molde con la capa de papel restante hacia arriba. Retírala suavemente. Presiona la masa contra el molde.
Con una mezcladora eléctrica combina el queso ricotta, el queso crema, el azúcar y la vainilla hasta que esté suave. Agrega el huevo y continúa batiendo. Coloca esta mezcla en el molde preparado.
Toma la masa refrigerada y colócala entre dos hojas de papel de hornear. Amasa hasta alcanzar 5 mm de espesor y 25 cm de diámetro. Elimina la capa superior y voltea la masa con el papel hacia arriba para cubrir el molde. Retira finalmente ese segundo papel. Recorta los bordes y séllalos.
Hornea el cheesecake durante 50 minutos hasta que esté dorado. Apaga el horno y deja la puertecilla entreabierta. Deja que la tarta se enfríe durante 4 horas allí. Refrigera durante la noche.
Al día siguiente, con mucho cuidado, desmolda la tarta. Ayúdate con un cuchillo engrasado en mantequilla para que se desprenda fácilmente. Espolvoréala con azúcar glasé y canela en polvo. Puedes acompañar con una bola de helado.
Te aseguro que este es el mejor cheesecake de ricotta horneado que probarás. Muy cremoso: ¡como para chuparse los dedos!


