El pan se daña fácilmente por su alto contenido de humedad. Después de varios días su textura comienza a cambiar y, más tarde, aparece un moho de color azul que nos avisa que ya es hora de desecharlo.
Apetitosas torrejas en almíbar: directamente desde Cuba

Antes que esto ocurra existen varias opciones que podemos considerar, por ejemplo, puede convertirse en migas para empanizar otros alimentos o podemos tostarlo. La cocina cubana en particular tiene una solución más que acertada para esta gran incertidumbre.
Las torrejas en almíbar son fruto de la tradición culinaria cubana. La combinación perfecta de economía, rápidez, facilidad y exquisitez para nunca olvidar.
Ingredientes:
- Una barra de pan para sandwich (de las pequeñas que tienen unas 16 rebanadas) o una barra de pan francés
- 3 huevos
- 3 tazas de leche
- 5 tazas de azúcar morena (si se prefiere puede usarse azúcar blanca)
- 1/2 taza de vino seco o vino blanco de mesa
- 1/4 cucharadita nuez moscada
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 2 estrellas de anís
- 1 rama de canela
- 3 1/2 tazas de agua
- 3-4 tazas de aceite comestible para freír (no manteca)
Procedimiento:
En una cacerola con suficiente tamaño mezclar el resto del azúcar con el agua, añadir la canela y el anís estrellado. Colocar a fuego moderado y dejar ebullir hasta que se forme una almíbar medianamente ligera. Retirar del fuego y dejar refrescar.
En un recipiente mezclar la leche con 3 cucharadas de vino y 3 de azúcar, añadir la nuez moscada y la canela molida. Agitar y dejar aparte. Cascar los huevos y batirlos en otro recipiente.
Remojar las rodajas de pan en la leche y luego en el huevo. Deben sumergirse en cada caso, solo unos pocos segundos para que no se rompan. Mientras tanto, verter el aceite en una sartén grande y con cierta profundidad, llevar al fuego intenso.
Cuando esté bien caliente, comenzar a freír las rodajas de pan mojadas en la leche y el huevo, colocando en cada fritura la cantidad suficiente según el tamaño de la sartén pero sin recargarlo para que no se dañen durante la fritura. Retirarlas del fuego cuando estén doradas. Dejar refrescar.
Luego, mezclar el resto del vino con el almíbar y verter esta mezcla sobre las torrejas fritas. Dejar refrescar y colocar, si se desea, en refrigeración.
Se sirven como postre y es una buena idea acompañarlas con helado.

Es un postre para olvidar la culpabilidad de ingerir unas cuantas calorías de más.








