7 reglas inquebrantables para preparar una salsa PERFECTA

Muchas veces hemos hablado de cómo una simple salsa puede cambiar un plato de carne, pollo o verduras. ¡Agrega una salsa de arándanos a un sencillo pollo al horno y lo transformarás en un plato gourmet!

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Son perfectas para añadir sabor a puré de papas o un relleno insulso, y rescatar (o al menos enmascarar) las sobras de carne, pollo, pavo y cerdo cocido. Pero como las salsas tienen sus mañas, sigue estas reglas para asegurarte de que la salsa salga perfecta.

1. Disuelve el espesante

Mezcla el almidón de maíz u otro espesante con un poco de líquido frío (¡el líquido tiene que estar frío o a temperatura ambiente!) hasta que se disuelva, antes de añadir a la olla. Si olvidas disolverlo y lo añades de golpe, la salsa quedará grumosa.

2. Cocina hasta que se dore

Si la receta indica hacer un roux (harina cocinada en grasas, generalmente mantequilla), asegúrate de cocinar el tiempo suficiente para que los gránulos de almidón se hinchen y la harina pierda su sabor crudo.

Una vez que se dore y tome un agradable tono marrón, incorpora el líquido poco a poco.

Imagen Thinkstock

3. Obtén la textura adecuada

Espesar la salsa es una cuestión de gusto personal, y no existe tal cosa como demasiado espesa (ni demasiado líquida). Recuerda que por el simple hecho de hervir a fuego lento va a espesarse un poco.

Antes de servir, comprueba la textura y hazla más ligera con un poco de caldo o de agua, si es necesario. Si está demasiado líquida para tu gusto, mezcle una cucharada de maicena en 1/4 taza de caldo o agua fría, y añade un poco a la salsa.

Lleva a ebullición y comprueba la textura de nuevo.

4. Condimenta cuidadosamente

Como la salsa hierve a fuego lento, el agua se evaporará y los sabores se concentrarán. Eso es algo bueno, pero también significa que la sal y otros aderezos se concentrarán también.

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La mejor manera de condimentar una salsa es agregar un poco de sal antes de cocinar, y luego ajustar los condimentos de nuevo antes de servir.

Imagen Crovat

5. Hazla brillar

¿Sientes que la sal y la pimienta no le dan el brillo necesario a tu salsa? Prueba añadir un chorrito de jugo de limón o una pizca de azúcar para redondear los sabores.

Ver también: Salsa de naranja para pollo

6. Prepárala con anticipación

Considera hacer la salsa unos días antes. Muchas salsas saben mejor al día siguiente, o a los dos días siguientes.

7. Pero siempre sírvela caliente

Si preparaste la salsa con anticipación o ésta se enfrió, caliéntala antes de servirla. Calienta la salsera también, vertiendo agua hirviendo en ella. Escurre el agua y luego agrega la salsa para que se mantenga caliente por más tiempo.

Nuestra última regla inquebrantable para hacer salsa: haz siempre abundante salsa para todos los comensales. A veces lo más rico de un plato es la salsa que lo acompaña, como esta exquisita salsa para carnes fácil de preparar.

¿Cuál es tu salsa favorita?

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