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La PERFECCIÓN sí existe: Nadia Comaneci, el primer 10 de la historia olímpica

20 Jul 2016 – 04:42 PM EDT

¡Gracias, Nadia! Por tan buenas lecciones de vida.

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Sin duda, la perfección es imposible... algo casi imposible de lograr. Pero no lo fue para la gimnasta rumana Nadia Comaneci, que con tan solo 14 años de edad obtuvo el primer 10 de la historia de los Juegos Olímpicos.

Sus primeros años de vida

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Nadia Comaneci nació el 12 de noviembre de 1961 en la ciudad Gheorghe Gheorghiu-Dej, en Rumania.

Esta increíble gimnasta fue descubierta cuando tan solo tenía 6 años de edad por el preparador Bela Karolyi, quien más tarde se convirtió en coach del equipo olímpico.

Entre sus primeros logros, Nadia ganó el campeonato Nacional de niños en Rumania y como adolescente, el Campeonato Europeo en 1975 y la Copa Americana en 1976.

Montreal 1976

Los Juegos Olímpicos de 1976 se desarrollaron en Montreal, Canadá, entre el 17 de julio y el 1 de agosto, y fueron inaugurados por la Reina Isabel II. En esta instancia participaron 6084 atletas de 92 países, de los cuales 4824 eran hombres y 1260 mujeres, compitiendo en 21 deportes y 198 especialidades diferentes. Pero solo una persona se quedó con el gran logro.

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Los Juegos en Montreal se destacaron por la inclusión por primera vez de competiciones como remo, basketball y handball para el sexo femenino. Por otra parte, sufrió la baja obligada del atleta Shun Fujimoto, que se rompió una pierna mientras realizaba sus ejercicios de rutina de piso. También tuvo las participación de Irena Szewinska de Polonia, quien obtuvo su séptima medalla en estos juegos.

La perfección hecha realidad

Pero el momento de quiebre de esta competición lo logró una pequeña chica de solo 14 años. Nadia Comaneci llegó a Montreal para que tanto sus compañeros de equipo y delegación, como todos los espectadores y jueces del torneo, quedaran sin habla y solo pudieran aplaudir ante tan perfecta rutina.

La adolescente causó sensación tras ser la primera persona -entre hombres y mujeres- en recibir un puntaje 10. Un suceso que nunca antes había sucedido en la historia de los Juegos Olímpicos y para lo que no estaban preparados. Al momento de tener que mostrar el puntaje en la pantalla apareció un 1.00: no estaban aptos para la máxima calificación.

Daniel Baumany, director de Swiss Timing, recuerda que le comentaron que lograr un 10 "era imposible" y por eso solo hicieron un tablero para tres dígitos.

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Cuando el domingo 18 de julio de 1976, Nadia brilló y sorprendió al mundo con su rutina en las barras desiguales, uno de los jurados se le acercó a Baumany para preguntarle qué hacer y cómo poner un 10. “Le dije que podían poner hasta 1.00 o.100 pero que no había posibilidad para un 10.00. Lo mismo que la Federación me había dicho", afirmó.

La otra vida

A pesar de ser una gran celebridad y una heroína para su país, Nadia Comaneci debió atravesar situaciones muy difíciles. Por ejemplo, fue utilizada por el gobierno militar existente en su país por aquellos días para ganar dinero. Entre algunas de las cosas que vivió, Nadia fue a un viaje de recaudación de fondos de Estados Unidos, donde obtuvieron $250.000 para el estado y de los cuales solo $1.000 fueron para la atleta.

Mientras las personas creían que ella vivía como una estrella de rock, en realidad la gimnasta tenía que vivir como todo el mundo. “Tuve que hacer colas, perder y ser seguida por la policía. No tenía dinero ni ningún tratamiento especial. Eran todos rumores", contó.

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Su madre ha afirmado en varias ocasiones que Nadia fue violada por el hijo del dictador Nicolae Ceausescu, cuando solo tenía 17 años de edad, dato que la gimnasta desmintió, aunque sí reconoció que su vida cambió de forma drástica y que se sentía prisionera.

Semanas antes de la caída de Ceaucescu en 1989, la atleta decidió escapar de la situación y llegó a caminar 6 horas por una carretera y cruzar de manerea ilegal Hungría y Austria para más tarde embarcarse hacia Estados Unidos.

En el país norteamericano tampoco le fue fácil. Sus primeras semanas las pasó en una carretera con un camionero que le brindaba cama a cambio de relaciones sexuales, comida y bebida. Para fortuna de la joven, este cautiverio duró poco, ya que inmigración de Estados Unidos la buscó y le brindó la residencia en el país para que comenzara a trabajar.

Hay quienes dicen que su ex-entrenador, Karolyi, la ayudó económicamente en los primeros momentos para que pudiera salir adelante en su nuevo país, donde recompuso su vida y se casó con el ex-gimnasta Bart Conner con quien emprendió un negocio gimnástico.

A Nadia Comaneci le bastaron tan solo 18 segundos para demostrarnos hace 40 años que la perfección sí existe, y solo de nosotros depende llegar a ella. Con esfuerzo, paciencia y dedicación, pero sobre todo amor y pasión por lo que uno hace, se puede llegar muy lejos, tan lejos como nunca lo hubiéramos imaginado.

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Su legado no solo quedó marcado por su excelente desempeño deportivo, sino también como fuente de inspiración para nosotras las mujeres, demostrando que con fuerza y convicción podemos ser más fuertes y lograr salir vencedoras de cualquier situación.

No existe nada más importante en la vida que la fuerza que cada una de nosotras tiene dentro y empoderarnos con ella, y así encontrar el triunfo en cualquier ámbito de nuestras vidas.

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