Se esperaría que los hijos de padres de intelecto brillante también lo sean, ya que se dice que la inteligencia se hereda. En este sentido, un estudio científico que buscaba encontrar genes relacionados con la inteligencia demostró que la genética es importante pero no clave al determinar si una persona será o no intelectualmente dotada.
¿La inteligencia se hereda? Científicos determinan cómo nuestros padres influyen en nuestro intelecto
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Dicha investigación sugiere que la genética es responsable de entre 50 % y 80 % de las capacidades intelectuales de una persona. Sin embargo, si bien hay gente que está predispuesta a tener un coeficiente intelectual alto, la diferencia con respecto a sus pares que quizá no tienen una herencia intelectual tan importante no es demasiado significativa a lo largo de la vida.
Esto nos hace preguntarnos qué hace que un niño se convierta en un adulto inteligente.
Genética y coeficiente intelectual: ¿la inteligencia se hereda?
El secuenciar el genoma humano fue uno de los avances científicos más importantes de las últimas décadas, resolviendo el puzzle de cómo estamos pre-programados para vernos de cierta manera e incluso mostrar ciertas cualidades como la inteligencia.
En ese contexto, el estudio en cuestión encontró más de 500 genes que estarían relacionados con la inteligencia de las personas después de analizar el ADN de más de 24 mil personas registradas en el UK Biobank del Reino Unido. Los científicos asociaron estos genes con 187 tipos de habilidades del pensamiento humano, un resultado bastante interesante pero que no logra sostenerse fuera del laboratorio.
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Al realizar pruebas de coeficiente intelectual y habilidades cognitivas en personas que según su genética estaban o no predispuestas a tener un intelecto brillante, no se hallaron diferencias demasiado significativas, con variaciones que apenas llegaban a un 7 %.
De esta forma, si bien concluyeron que entre el 50 % y 80 % de las capacidades intelectuales de una persona respondían a su genética, también observaron que la influencia de factores externos ambientales o en su crianza podrían tener un rol más importante a la hora de estimular a quienes quizá no heredaron « genes de genio».
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Los precisamente 587 genes identificados se relacionan tanto con la inteligencia como con la buena salud. Pero también necesitan ayuda del ambiente para poder expresarse y mostrar su influencia en el intelecto de la persona a medida que esta crece y cultiva su mente. En caso contrario, esa herencia brillante perfectamente podría perderse.
Por otro lado, lo más probable es que padres inteligentes ayuden a cultivar las capacidades intelectuales de sus hijos, sin que necesariamente se trate de algo genético sino más bien de la crianza. Durante años, diversos estudios demostraron que el estimular a los bebés, incluso cuando aún están en el vientre de sus madres, tiene un efecto positivo.
Los resultados del estudio dejan claro que los genes que un niño hereda de sus padres pueden ser la base sobre la cual irá desarrollando sus habilidades intelectuales, algunos con más facilidad que otros con una herencia genética menos favorable. Pero a la vez demuestran que la inteligencia es una construcción tanto biológica como ambiental. Es decir, podemos no nacer con una brillante herencia intelectual y aún así convertirnos en adultos altamente inteligentes.