
En anteriores oportunidades, nos hemos referido a cómo aprendió a caminar el ser humano, hablando de las distintas teorías al respecto. Hoy vamos a sumar una idea más para tratar de responder a esta interrogante. Estudios antropológicos efectuados en la Universidad de Texas confirmaron que hay una vínculo directo entre el caminar en dos pies o bipedismo y la posición del agujero magno, el orificio en la base del cráneo, por donde baja la espina dorsal.
Evolución al bipedismo
En la investigación mencionada se estudiaron y midieron cráneos de 71 especies de marsupiales, roedores y primates: tres de los más importantes grupos de mamíferos. Con el estudio se pudo determinar que los mamíferos que tienen el agujero magno en la base del cráneo suelen ser bípedos, mientras que quienes lo tienen ligeramente corrido hacia atrás andan en cuatro patas.
La posición de este orificio en la base del cráneo no sólo se presenta en humanos, sino también en otros mamíferos como canguros, las ratas canguro y los jerbos. Todas estas especies tienen el agujero magno corrido hacia el frente comparados con sus parientes más cercanos que son cuadrúpedos.

Al parecer estos grupos de animales evolucionaron hacia el bipedismo al mismo tiempo que sus cráneos se modificaban para afrontar su nueva postura. Esto es extremadamente importante para determinar procesos en la evolución humana, tanto en la postura de los homínidos como en el tamaño de su cerebro.
Con esto se puede determinar si cierto grupo de ancestros humanos están más relacionados a los monos o al Homo Sapiens, como el Sahelanthropus tchadensis, quien se pensó estaba más relacionado a los monos africanos, pero presenta un agujero magno con corrimiento hacia el frente.
El cráneo es la respuesta
El primero en haber encontrado esta relación fue el anatomista Raymond Dart quien en 1925 descubrió al primer ancestro bípedo del hombre, el Australopithecus africanus. Desde ese entonces el descubrimiento de Dart a causado grandes controversias. El estudio actual comprobaría la tesis planteada hace casi noventa años.
Este estudio puede ayudar a determinar la postura de diferentes fósiles a partir del estudio del cráneo. Si el fósil presenta este distintivo rasgo es muy probable que se trate de un animal bípedo. Es muy particular ya que es uno de los pocos indicios en en cráneo que está directamente ligado a la locomoción.
Lo cierto es que las especies que tienen el agujero magno en la base del cráneo o ligeramente corrido hacia el frente no sólo son bípedas, sino que presentan un cerebro ligeramente mayor que sus parientes cercanos cuadrúpedos. Esto quizás sea la clave para determinar procesos de mayor evolución dentro de diferentes especies.
¿Qué opinas de esta investigación sobre la evolución del hombre? ¿Crees que el hombre aprendió a usar herramientas antes que caminar erguido?