
Durante la época medieval se utilizaron diversos métodos de tortura, realmente crueles, para extraer confesiones a los sospechosos de algún crimen. Generalmente, tenía que ver con herejías y el no cumplimiento de las leyes de la religión, muy importantes en esas épocas.
La Iglesia y la monarquía, las dos instituciones más fuertes, cumplían con su tarea de castigar a los que no se comportaban con las normas establecidas. Para esto utilizaron herramientas como el potro de tortura, entre otras igual de crueles.
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Método de tortura

El potro de tortura funcionaba atando a una persona desde sus extremidades sobre una tabla, y jalando las poleas para estirar el cuerpo de la víctima en direcciones opuestas. A medida que se van estirando, las extremidades se extienden de una manera muy dolorosa. Esto lleva a la dislocación de los huesos, la cual eventualmente se vuelve insoportable.
Durante la Edad media se utilizaron diferentes tipo de potros de tortura, entre ellos uno similar a un caballo. Durante la Inquisición, Torquemada popularizó este método, sobre todo en España. Aunque las evidencias históricas apuntan a que era usado especialmente en hombres, hay un caso registrado, el de Anne Askew, una poeta protestante que fue torturada y luego quemada por sus creencias contrarias a la Iglesia Católica.
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Además de extraer información por este método, los torturadores utilizaban la psicología, haciendo que sus víctimas observaran cómo torturaban a otros. Es una forma incluso más rápida de obtener confesiones, ya que pocos pueden soportar ver como otra persona inocente es lastimada.
Prohibición de las torturas
Aunque generalmente no llevaba a la muerte, los torturadores iban demasiado lejos dejando las extremidades inutilizables. En los años más tardíos de la Edad Media se crearon nuevos elementos para agregar al potro de tortura, como por ejemplo puntas de acero que se clavaban en la espalda a medida que se estiraban los brazos y piernas.
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Aunque pasado este período fueron vistas como prácticas inhumanas y crueles, requirió mucho tiempo exterminarlas. Incluso con el pasar de los años llegó a utilizarse de manera clandestina en algunos sitios.
Hay que tener en cuenta que fue una manera muy cruel de tortura. Las instituciones como la Iglesia y la Monarquía ya no tienen el poder para torturar de esta manera, y es importante saber que fue una época oscura de la humanidad, la cual no debe repetirse.