Si eres acérrimo seguidor de Luis Miguel, la serie (y ahora mismo te preguntas quién ayudó a Luismi a buscar a su madre) seguro has notado cómo Luis Rey (Óscar Jaenada) menospreciaba los logros de su esposa Marcela Basteri (Anna Favella): sus funciones como traductora, los trajes que hizo para Timbiriche, las relaciones públicas que consiguió con periodistas italianos y la portada de revista que obtuvo para Micky (Luis de la Rosa). Si odiaste más de lo usual al padre de Luismi con estos comportamientos o te identificaste, esto te interesa.
¿Es normal sentir envidia de los logros de la pareja? 5 señales para detectar un Luis Rey
Sentir envidia de los logros tu pareja puede traer consecuencias desastrosas a largo plazo, y en general los expertos coinciden en que vigiles 5 señales importantes (ya sea que seas víctima o victimario):
#1 Antes de vivir juntos definan su concepto de ganar-ganar
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La psicoanalista Suzanne B. Philips —experta en relaciones de pareja— afirma que uno de los puntos que a menudo se olvidan de tratar las parejas cuando comienzan su vida familiar es cómo reaccionaran al ramo profesional y/o laboral de cada uno.
La creencia popular (e ideal) es que si por ejemplo tu pareja tiene un aumento de sueldo eso te beneficiará también a ti, pero el pensamiento más frecuente según Philips por parte del miembro que no recibe esta gratificación es "yo también merecería ese aumento" o "yo también podría tener un aumento si...".
Desde luego es una idea normal; compararse con la pareja o con cualquier persona cercana no es malo, lo que hace tan peculiar la comparación con la pareja es que se trata de alguien al que estamos vinculados las 24 horas del día.
En general lo más sano para esta situación es definir entre los dos un concepto sano de ganar-ganar: si tu pareja consigue lograr algo que anhelaba eso te beneficiará a ti también y viceversa.
#2 Sí, existe la envidia "benigna", pero...
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En 2009 el investigador holandés Niels Van de Ven estableció dos clasificaciones para la envidia cómo sentimiento resultante de las relaciones de pareja: benigna y maliciosa. Mientras que la primera es una especie de admiración que nos alienta a conseguir nuestros objetivos inspirados en la otra persona, la segunda nos lleva a desearle mal o menospreciar sus esfuerzos. La facilidad para que la primera se transforme en la segunda dependerá de nuestro propio temple y criterio.
Sentir "un poquito" de envidia es normal según el propio Van de Ven, pero nunca se debe olvidar que la pareja que elegimos es para apoyarla en su propia individualidad. Todo sentimiento negativo que no es detectado y erradicado a tiempo puede derivar en una relación obsesiva y tóxica.
#3 No confundas un consejo con un comentario incisivo
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La Dra. Philips hace una curiosa comparación: no es lo mismo decir "recuerda lo que dijo el doctor con respecto a tu colesterol" a "ya estás demasiado gordo (a) para seguir desayunando de esa forma". Un comentario incisivo es casi siempre signo de envidia, definido también cómo un insulto sutil bajo la excusa de "lo digo por tu bien".
Ten presente siempre que sI algo no se escuchó bien en tu cabeza, no tienes porque admitirlo. Aprende a poner un alto y también a decir las cosas con tacto.
#4 El chantaje es SIEMPRE un recurso sucio
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Hay algo muy turbio tras un comentario cómo "es que si tú trabajas, ¿quién va a cuidar a los niños?" o "si tú hubieras estado aquí nada malo hubiera pasado". Cada miembro de la pareja debe ser capaz de manejar los problemas por sí sólo sin culpar al otro. La Dra. Philips recalca en sus investigaciones que utilizar la culpa para hacer sentir mal a la pareja es uno de los principales signos de envidia y de un comportamiento muy infantil.
Ceder ante los chantajes es aún peor, pues desencadena un círculo vicioso difícil de romper.
#5 El amor propio es ESENCIAL
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Recuerda esa frase de las abuelas: "¿cómo vas a amar a alguien si no te amas a ti mismo?". Suena a telenovela, pero lo cierto es que siempre será vigente. Cuando se desarrolla una actitud narcisista por una visión exagerada de sí mismo, es muy difícil reconocer las virtudes en los otros. Por otro lado, una baja autoestima a la larga acarreará agresiones "permisivas". En cualquiera de los dos casos no se vivirá una relación sana.
Sin importar si te identificas con el papel de Marcela o con el de Luis Rey es importante que seas muy observador y evites entrar en una relación dónde la constante competencia y menosprecio rompan con la armonía.
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