La incertidumbre en torno a la muerte de Adriana Coronado, de 13 años de edad, y de su padre César Vladimir Coronado mantiene en vilo a familiares, amigos y a toda una comunidad en el área de Houston, que esperan que se haga justicia.
Las pistas que hay sobre el asesinato de la niña Adriana Coronado
Muchos se preguntan y especulan sobre el porqué Adriana Coronado, una dulce jovencita de 13 años, fue brutalmente asesinada y sobre la posible participación de una organización de narcotráfico en el crimen

Cientos de comentarios en las redes sociales —de personas que nunca llegaron a conocer a Adriana, pero que mantuvieron viva la esperanza de que apareciera sana y salva— dan cuenta del deseo colectivo de que se encuentre y juzgue a los responsables del crimen.
Pero hasta ahora no se sabe nada concreto sobre quiénes o por qué le hicieron daño a la jovencita y a su padre. Las autoridades del condado Walker, encargadas de investigar el doble homicidio, mantienen un hermetismo total.
Lo más reciente que se conoció con relación al caso, fue el arresto de José Jaime Solís, de 34 años de edad, a quien autoridades consideran persona de interés por las muertes de Adriana y su padre, según fuentes extraoficiales.
Solís se encuentra tras las rejas desde el pasado 24 de marzo acusado de poseer, con intención de distribuir, más de 5 kilos de cocaína.
El arresto de Solís se produjo luego de que varias agencias del orden, incluidos agentes del condado Walker, el FBI y la DEA, allanaran su residencia en Magnolia, Texas —un poblado al norte de Houston.
Durante el operativo, las autoridades incautaron armas y drogas, aunque no se especificaron qué cantidades. También se vio a investigadores realizando pesquisas exhaustivas en los vehículos encontrados en la propiedad.
La primera comparecencia de Solís ante un juez fue ampliamente comentada y difundida. No porque se diera a conocer nueva información del caso Coronado, sino por el hecho de que el acusado llegó fuertemente custodiado, por oficiales federales que portaban rifles de asalto y vestían chalecos antibalas.
Tras el arresto de Solís, se conoció también que otro sujeto hispano, identificado como Ramón Hipólito Sánchez, había sido detenido en Laredo, Texas, bajo cargos relacionados con tráfico de drogas.
Los documentos de la acusación federal contra Solís y Sánchez revelan que ambos detenidos trabajan para una organización de tráfico de drogas y que agentes de la DEA le seguían los pasos muy de cerca a Sánchez desde el pasado mes de febrero.
En el mismo documento de la acusación figura un tercer acusado, pero el nombre no se puede leer. Fue ocultado con tinta negra.
El caso de Solís en Houston avanza lentamente. La audiencia de detención —en la que se esperaba que se dieran a conocer nuevos detalles del caso de tráfico de drogas y se determinara si se otorgaba una fianza—, estaba programa para el pasado viernes pero tuvo que ser postergada.
La abogada federal Marjorie Meyersun, quien actúa como defensora asignada por la corte al caso de Solís, pidió una extensión para darle más tiempo al acusado de contratar un abogado por su cuenta.
La próxima comparencencia en corte de Solís está programada para el viernes 8 de abril.
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