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Atrévete a probar estos 10 looks retro (que sacamos de las mejores pasarelas) en los Premios Juventud
La clave de usar la moda retro, es saber cómo actualizarla. No tienes por qué parecer a una versión menos arrugada de tu abuela. La siguiente galería nos demuestra cómo los diseñadores que imponen tendencia toman lo mejor de otras épocas para crear frescos diseños.

Empecemos por principios de siglo y vayamos a década de los 1900: No es tu Gibson Girl de ayer. Para su colección otoño-invierno 2016-17, Balmain tomó elementos icónicos de la Belle Epoque como los cuellos altos, las aplicaciones y las telas diáfanas, para darles un giro sensual e inesperado al subir los vestidos hasta límites de escándalo y llenarlos de hilera tras hilera de divertidas borlas.

Los años 1920: La flapper "posmoderna". Las modelos de la pasarela primavera 2016 de Derek Lam son todo menos frívolas. La chaquira, lo dorado y la relajación moral reflejada en las siluetas desajustadas y el movimiento de los flecos de la era de la fiesta y el bienestar, vuelven con fuerza para convertirse en una de las mejores opciones para vestir lo retro.

Los años 1930: Ginger Rogers remasterizada. En su colección primavera 2016, Givenchy juega con las telas y siluetas suaves que parecen flotar, bailar por encima del cuerpo. Los holanes, los cortes en diagonal y sesgados—elementos icónicos de la década más sensual—rejuvenecen en modelos cortos, transparentes y asimétricos.

Los años 1940: Lauren Bacall reeditada. Prabal Gurung, en su colección otoño 2016, logra captar la melancolía y el recato de las siluetas de los años cuarenta, modernizándolas al spbreponer telas transparentes y atrevidos cortes por los que se asoman largas piernas. Un des-peinado y grandes gafas de sol, completan el look de máximo desenfado.
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Los años 1950: Boudoir a la Grace Kelly. La silueta reloj de arena y los tonos pastel que solemos asociar con los valores convencionales de la posguerra, adquieren un aire decididamente siglo XXI en la colección primavera 2016 de Delpozo. Varios centímetros arriba de la rodilla, el look pierde su pudor y se vuelve más travieso, efecto acentuado por la absoluta transparencia de las telas.

Los años 1960: Nieta-reina del Boho londinense. Los looks de otoño 2015 de la diseñadora australiana Camilla, son un guiño en la dirección de Marianne Faithful, la rock chick por excelencia y primera novia celebridad de Mick Jagger, mucho antes de que nacieran las Kate Moss del mundo y sus sucesoras. El tie-dye, las gargantillas y los zapatos gladiador le añaden un toque de travesura posmoderna a un estilo ya clásico si bien rebelde.

Inicios de los 1970, versión Londres: Neo glam rock chic. Gucci no deja de deleitarnos con su creación de colecciones que logran convertir la nostalgia en celebración. Para Cruise 2017, Gucci aborda sin temor y con rebeldía colores, detalles y siluetas que retoman la época en la que se iniciaron los íconos como David Bowie, Roxy Music y Queen, con envidiable maestría.

Fines de los 1970, versión Brooklyn: Yesterday once more. Mientras tanto, del otro lado del Atlántico, Nueva York palpitaba con su propia y explosiva energía sexual, momento histórico nada ajeno a la ya veterana Diane Von Furstenberg, quien en su colección primavera 2016, nos hace viajar en el tiempo para aterrizar lado a lado con Diana Ross, Donna Summer o Farrah Fawcett, todas de piernas kilométricas y con una gran flor en el cabello. Este look sería ideal para aquellas que quieren hacer de lo retro algo muy sexy.

Los años 1980: Neo minimalismo pop. El diseñador escocés Christopher Kane deleita con su interpretación textil del icónico estilo gráfico Memphis-Milano de la era de los posters de Patrick Nagel y del primer Packman. Su empleo de los colores vivos, de las formas geométricas y de la asimetría para la colección primavera-verano 2016, no es sólo un banquete visual, sino una demostración de que lo moderno es siempre contemporáneo.

Los años 1990: Calvin imita a Calvin, o Buscando a Kate. Como sólo los grandes maestros se pueden permitir hacerlo, para su colección primavera 2016, Calvin Klein se revisita a sí mismo, tomando el vestido-lencería—con el que de modo conjunto adquirió estatus de celebridad la ahora renombrada y entonces adolescente Kate Moss—, y volviéndolo a interpretar en clave siglo XXI a través de detalles tan sutiles como sofisticados.
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