La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, anunció que firmará la Ley de Ayuda Médica para Morir, también conocida como suicidio asistido por un médico, tras alcanzar un acuerdo con la Legislatura estatal para incorporar nuevas salvaguardias al proyecto aprobado inicialmente en junio.
Hochul firmará ley de suicidio asistido para enfermos terminales en Nueva York
La gobernadora Kathy Hochul acordó con la Legislatura firmar la Ley de Ayuda Médica para Morir, que permitirá a pacientes terminales con menos de seis meses de vida acceder al suicidio asistido bajo estrictas protecciones médicas y legales.
La legislación permitirá que adultos con enfermedades terminales, incurables e irreversibles, y con un pronóstico de vida de seis meses o menos, puedan solicitar a un médico una receta de medicamentos letales que deberán autoadministrarse.
Con esta decisión, Nueva York se convertirá en el decimotercer estado del país en permitir esta práctica, junto con entidades como Nueva Jersey y el Distrito de Columbia.
El proyecto enmendado s e aprobará y firmará en enero, y entrará en vigor seis meses después, con el fin de que el Departamento de Salud implemente las regulaciones necesarias y los centros médicos capaciten a su personal.
¿Por qué se toma esta medida?
Hochul explicó que su decisión fue el resultado de meses de reflexión, conversaciones con legisladores, organizaciones defensoras, opositores y, especialmente, con neoyorquinos que enfrentan enfermedades terminales.
La gobernadora ha señalado que su postura está profundamente influida por una experiencia personal: su madre murió tras una larga agonía por esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Según Hochul, presenciar ese sufrimiento la llevó a replantearse el equilibrio entre sus convicciones religiosas y la tradición de Nueva York de defender la autonomía individual.
“Esta ley no acorta la vida de las personas, sino sus muertes”, afirmó Hochul, al subrayar que la intención es reducir el sufrimiento y permitir que los pacientes enfrenten el final de su vida con dignidad, comodidad y control sobre sus decisiones médicas.
Los “candados” para evitar coerción y mala praxis
Uno de los principales puntos de controversia del proyecto ha sido el temor a abusos, presiones indebidas o fallas médicas. Para responder a esas preocupaciones, el acuerdo anunciado por la gobernadora añade protecciones adicionales a las ya incluidas en el texto original.
Entre las salvaguardias clave se encuentran:
- Periodo de espera obligatorio de cinco días entre la prescripción del medicamento letal y su despacho
- Grabación obligatoria en audio o video de la solicitud oral del paciente
- Evaluación de salud mental obligatoria, realizada por un psicólogo o psiquiatra, para confirmar que el paciente tiene capacidad de decisión y no está bajo presión
- Prohibición de que personas con interés económico en la muerte del paciente actúen como testigos o intérpretes
- Dos médicos deben certificar que el paciente cumple con los criterios médicos establecidos por la ley
- Evaluación inicial presencial por parte del médico tratante
- Restricción de la ley a residentes del estado de Nueva York
- Derecho de objeción para médicos, hospitales y proveedores de cuidados paliativos con afiliación religiosa
- Cualquier violación a la ley será considerada mala conducta profesional bajo la Ley de Educación estatal.
Qué establece la legislación
La Ley de Ayuda Médica para Morir establece que la iniciativa debe partir siempre del paciente, quien solicita voluntariamente el medicamento. La ley no obliga a ningún médico ni institución a participar y no sustituye los cuidados paliativos, que seguirán siendo una opción prioritaria.
Tras completar el proceso legal y médico, el paciente recibe una dosis letal de medicamentos que debe administrarse por sí mismo, en el lugar y momento que elija.
La medida ha generado fuerte oposición, especialmente de grupos religiosos como la Iglesia Católica Romana, que consideran la práctica moralmente incorrecta y advierten sobre posibles consecuencias imprevistas.
Sin embargo, defensores del proyecto sostienen que las nuevas protecciones convierten a Nueva York en uno de los estados con las regulaciones más estrictas del país en esta materia.
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