Powerball: lo que necesitas saber antes de jugar el próximo sorteo

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Powerball: la guía que necesitas antes del sorteo

Powerball atrae a millones de jugadores en todo Estados Unidos cada vez que el premio mayor crece. Mientras muchos compran un boleto, pocos conocen qué implica realmente ganar. Esta guía reúne las probabilidades de acierto, las reglas para cobrar el premio, el impacto fiscal, las normas de anonimato y qué ocurre si el ganador muere antes de recibir todos los pagos.Adobe Stock

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Cobrar: un dilema que parece sencillo

Ganar no es solo celebrar: hay que decidir entre recibir el dinero de una vez o en pagos durante varios años.
💰 El efectivo llega rápido, pero es mucho menos de lo que anuncia la lotería.
💰 La anualidad divide el premio en 30 pagos y aumenta un poco cada año.
Esa decisión marca el camino.
💰 Si escoges el efectivo, necesitas un plan para que el dinero dure.
💰 Si eliges la anualidad, ganas tiempo y una estructura más estable.
No hay una opción perfecta, solo una elección que conviene pensar con calma, incluso en medio de la emoción.Adobe Stock

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El fantasma de la herencia

Si el ganador muere antes de recibir todos los pagos, el dinero no desaparece.
Los pagos pendientes pasan a los herederos, igual que cualquier otro bien.

En algunos estados, la familia puede pedir que el saldo se entregue en un solo pago.
El premio deja de ser algo personal y se convierte en parte del patrimonio de la familia.
Es una cara del juego que casi nadie piensa cuando compra el boleto, pero también forma parte de lo que puede dejar una lotería.Adobe Stock

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El anonimato no es igual en todos lados

Para algunos, lo más valioso de ganar no es el dinero, sino el silencio.
En Texas, por ejemplo, un ganador de más de un millón puede mantener su identidad en reserva. En otros estados, tu nombre se convierte en noticia.
La diferencia es enorme: cobrar sin que nadie lo sepa permite disfrutar con calma, ser anunciado a nivel nacional te expone a llamadas, mensajes y súplicas de conocidos.
Por eso, antes de jugar, conviene saber qué permite tu estado.
El anonimato también se juega en el boleto.Adobe Stock

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Impuestos: la realidad detrás del cheque

El premio que aparece en los titulares nunca es el que llega a la cuenta.
La lotería descuenta de entrada un 24% federal, y al final la tasa puede subir hasta el 37% según ingresos.
Si el ganador no es residente , la retención suele ser del 30%.
A esto hay que sumar los impuestos estatales: algunos, como Nueva York, cobran bastante, otros, como Texas o Florida, no cobran nada.
El resultado es que casi la mitad del premio se esfuma en retenciones.
La cifra sigue siendo grande, pero es mejor entrar sabiendo la verdad.Adobe Stock

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El boleto: papel frágil, fortuna enorme

Un pedazo de papel puede valer miles de millones… o nada.
El boleto es un documento al portador: quien lo tenga en la mano puede cobrar.
Por eso lo primero es firmarlo por detrás en cuanto lo compras y guardarlo en un sitio seguro.
Además, cada estado marca un plazo para reclamar: desde 90 días hasta un año.
Imagina: acertar los seis números y perderlo todo por no haber guardado bien el boleto.
Aquí no hay segundas oportunidades.Adobe Stock

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Los extras: Power Play

Más allá del jackpot, Powerball ofrece Power Play, por un dólar más, multiplica los premios menores.
Puede convertir un premio pequeño en una cantidad que ya importa.
No acercan al jackpot, pero hacen que la apuesta tenga más caminos.Adobe Stock

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Consejos de sentido común 💰

Firma el boleto apenas lo compres.
💰 Revisa la fecha límite para cobrar el premio, sin importar la cantidad, en la lotería de tu estado, no todas son iguales.
💰 Antes de reclamar, busca asesoría legal y fiscal.
💰 Averigua si puedes cobrar en anonimato.
💰 Juega con la idea de divertirte, no como plan de retiro.Adobe Stock

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Para cerrar

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Jugar Powerball es como comprar un boleto a la imaginación.
Sabes que las probabilidades son mínimas, pero durante un rato la mente se pasea entre casas de playa, viajes sin regreso y cuentas bancarias sin fondo.
Al final, la lotería no se trata solo de números, sino de lo que uno sueña mientras espera el sorteo.
Quizás nunca toque, pero ese par de dólares compran un ratito de ilusión. Y eso, para muchos, ya vale la pena.Adobe Stock