Así piensan los niños curiosos: un estudio revela cómo descubren el mundo

NUEVA YORK.- ¿Tu hijo pasa horas observando insectos o presionando los botones del elevador? Una nueva encuesta reveló que las curiosidades más grandes de los niños pequeños pueden ir desde construir casitas para animalitos hasta analizar cómo funciona un simple tope de puerta, mostrando la enorme curiosidad que muestran por el mundo y cómo los padres intentan balancear las cosas al momento de dejarlos explorar, y protegerlos.

Según un estudio de Talker Research, realizado para Lightbridge Academy entre 2 mil padres de niños de 0 a 6 años, muchos pequeños muestran un gran interés por el mundo natural: la lluvia, los gusanos, el clima o incluso los “peces extintos”, demostrando que las curiosidades de los niños más pequeños hoy pueden ser tan inesperadas como fascinantes.

La edad de las mil preguntas

La curiosidad infantil no tiene límites, y los padres lo saben bien. En promedio, responden unas 46 preguntas al día, y admiten que un tercio de ellas los deja sin palabras. Algunas de las más extrañas incluyen:

• “Si el tiempo tuviera olor, ¿a qué olería?”
• “¿Cuánto tiempo puede correr un hipopótamo más rápido que un elefante?”
• “¿A dónde van los sueños cuando despertamos?”

Casi todos los padres aseguran que es importante fomentar la curiosidad de sus hijos, aunque confiesan que no siempre es fácil equilibrar eso con mantenerlos a salvo.

Además, de acuerdo con el estudio, los padres dicen “ten cuidado” unas 27 veces al día y “no toques eso” otras 25 en casa, en la calle, en la escuela, en el supermercado y en otros lugares. Aun así, casi el 40% de los padres admite quedarse pensando en la noche si manejaron bien el momento o si su hijo realmente entendió la lección.

“Los padres de hoy tienen mucho que equilibrar”, explicó Gigi Schweikert, directora ejecutiva de Lightbridge Academy. “Es natural preocuparse por la seguridad de los hijos, pero esas reacciones instintivas pueden limitar la curiosidad y la resiliencia que queremos fomentar en ellos.”

Muchos padres reconocen que viven en una especie de “equilibrio constante”, por un lado, quieren que sus hijos exploren, hagan preguntas y descubran el mundo a su manera; pero por otro, sienten la necesidad de protegerlos de los riesgos.

Sin embargo, los expertos aseguran que explicar el por qué detrás de esas advertencias es clave para que los niños aprendan a tomar decisiones seguras por sí mismos. Según el estudio, la mayoría de los padres intenta convertir cada momento de riesgo en una oportunidad de aprendizaje, enseñando a sus hijos no solo a cuidarse, sino también a confiar en su capacidad para explorar con curiosidad y sin miedo.

En la mayoría de los casos, los padres buscan que sus hijos aprendan hábitos seguros, aunque casi la mitad reconoce que muchas veces el “ten cuidado” es más un reflejo automático que una advertencia real.

De hecho, casi todos los padres encuestados describen a sus hijos como curiosos, y más de la mitad cree que son incluso más curiosos de lo que ellos fueron a su edad. Y aunque generaciones anteriores crecieron escuchando frases como “porque yo lo digo”, ahora los padres prefieren dialogar y fomentar la exploración.

Según Schweikert, “antes de pisar un aula, los niños ya muestran destellos de curiosidad y creatividad que podrían transformarse en futuras carreras. Fomentar la exploración práctica y el aprendizaje activo ayuda a formar a la próxima generación de pensadores, innovadores y científicos.”

Esta nota se realizó en colaboración con TMX.