Tradiciones del Día de la Candelaria

Conoce sobre por qué vestimos al niño Dios y por qué comemos tamales cada 2 de febrero.

Por:Univision

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El 2 de febrero celebramos el Día de la Candelaria, en donde se llevan a cabo múltiples tradiciones, desde los típicos tamales que hay que comer tras la rosca del día de reyes, o vestir al Niño Dios con ropón pero también tiene que ver con el culto a la Virgen de la Calendaria desde hace siglos.

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Comencemos con la costumbre del Niño Jesús. Muchas familias ponen un Nacimiento junto a su decoración de Navidad, en donde el día 25 se coloca una figura del hijo de José y María. Ahora, 40 días después, ellos llevan al niño Jesús al templo de Jerusalén para ofrecérselo a Dios.

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Esta ceremonia tras la cuarentena era obligatoria para todos los hijos varones primogénitos como obsequio a Dios, tal y como lo ordenó Moisés. Durante la visita, se encontraron con Simeón, al cual se le predijo que no moriría sin antes conocer a Nuestro Salvador pero sobre todo se conoce como la "purificación de María".

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De esta historia bíblica viene que millones de fieles católicos tengan la tradición desde hace muchísimo tiempo de vestir al niño Dios con atuendos que representen a algún santo o a alguna de las muchísimas imágenes que existen del niño Jesús alrededor del mundo, por ejemplo, de Santo Niño de Atocha, para entonces llevarlo a su iglesia local para "presentarlo" también y que sea bendecido por un sacerdote.

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Si no lo visten como un santo, simplemente lo pueden decorar con un ropón blanco u otro tipo de vestimenta formal, hecha especialmente para los muñecos, y así van a bendecirlos. Muchas veces, estos niños Dios se quedan en una silla o un sitio especial a la espera de un nuevo ciclo.

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Curiosamente, también existe la tradición de que el primer año debe ser cuando se le vista solamente de blanco a la figura del Niño Jesús, sin corona, trono o ninguna otra decoración.

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A partir del segundo año, ya se le puede poner un ropón de colores y al siguiente, al tercero, ya usualmente lo disfrazan de rey o emperador con corona y cetro porque supuestamente ya tiene el poder de concederte milagros.

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Si no es como monarca, también se le viste como hemos mencionado de algún tipo de santo o ángel reconocido. Por eso, cerca de estas fechas abundan en mercados latinos tiendas o puestos donde puedes encontrar diversos disfraces y trajecitos para "vestir al niño".

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Otra de las tradiciones es comer tamales este día y eso viene antes que nada porque partimos la Rosca de Reyes el 6 de enero y a quien le sale el "muñequito", o sea, el Niño Jesús escondido, tiene la obligación de compartir los alimentos el 2 de febrero, este Día de la Candelaria.

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¿Y por qué casualmente comemos tamales y no cualquier otro platillo? Según expertos, tiene que ver con una antigua tradición prehispánica que ha sido mezclada ya con nuestras fiestas católicas. En las antiguas culturas, el culto al maíz era muy importante y siempre era ofrecido como un tributo a los dioses.

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En el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas, se dice que tras varios intentos de crear al hombre, finalmente pudieron hacerlo con maíz. Por eso, el platillo típico se "ofrece" al Niño Dios (mezclado con nuestro fervor antiguo a los dioses prehispánicos) como festejo durante el día de su presentación.

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Pero el 2 de febrero también es conocido por ser la "fiesta de las luces", no sólo por el brillo que emanaba el presentado Salvador, sino también porque evoca la tradición de la llamada Virgen de la Candelaria, que tuvo su origen en la isla de Tenerife, España, en el siglo XIV.

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Según la tradición, la Virgen se apareció en 1392 a dos aborígenes "guanches" que pastoreaban su rebaño cerca de un barranco, pero luchaban porque el ganado no quería avanzar. Uno de los hombres averiguó qué pasaba y notó en lo alto una pequeña imagen de madera de una mujer, como de un metro de alto.

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En la imagen, la señora portaba una vela en la mano izquierda y cargaba a un niño en el brazo derecho, mientras que el pequeño llevaba en sus manos un pajarito de oro. Era la Virgen de la Candelaria que venía a ayudarles en su camino.

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Su etimología deriva de "candelero" o "candela" que se refiere a la luz santa que nos guía hacia el buen camino y la redención y aviva la fe en nuestro Dios. De ahí también la "fiesta de las luces".

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La Virgen de la Candelaria fue nombrada patrona de Canarias, y se venera en la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria en Tenefire. Más adelante, esta devoción se extendió y llegó también a América, repartiéndose por todos los países latinos.

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Entonces la Candelaria se conoce y se celebra con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de las luces y la fiesta de las Candelas. Representan a Cristo, la luz del mundo presentada por su Madre en el Templo que viene a iluminar a todos como una poderosa vela o candela, de donde se deriva la advocación de la Virgen de la "Candelaria", otra representación de la Virgen María al fin y al cabo.

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Por todo Latinoamérica se celebra también a la Virgen de la Candelaria de distintas maneras. En Argentina, en la ciudad de Humahuaca, Jujuy, se lleva a cabo un gran festejo con la tradicional Danza de los Toritos y fuegos artificiales.

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La ciudad de Medellín, Colombia, fue originalmente erigida como "Villa de Nuestra Señora de La Candelaria de Medellín", ya que ella era la Patrona del nuevo poblado recién fundado. Por tal razón, la efigie de la Virgen es parte esencial del escudo de la ciudad, como vemos en esta imagen.

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En Perú se realiza cada año el tradicional desfile de la Virgen de la Candelaria, de donde son estas imágenes. Cientos de personas portan sus mejores trajes típicos y cantan y bailan por las calles.

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Además, la Virgen de la Candelaria es patrona de varias ciudades latinas, como por ejemplo, Camagüey en Cuba; Esparza, Costa Rica o Tlacotalpan, Veracruz, en México. De hecho en Buenos Aires su patrona es Nuestra Señora del Buen Aire, la cual es una representación y derivación de la Virgen de la Candelaria, aunque con distinto nombre.

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Entonces, este 2 de febrero, no sólo con las fiestas latinas en honor a la Virgen de la Candelaria, sino por la presentación del Niño Jesús a los 40 días de haber nacido, con esto marca el fin del periodo navideño y la última tradición de festejar con unos deliciosos tamales en su honor.

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