San Isidro, el patrón de los agricultores

Entérate de la noble vida de este santo español, también patrono de Madrid, y a quien se festeja el 15 de mayo.

Por:Univision

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El 15 de mayo se celebra no sólo a los maestros, sino también a uno de los santos más populares en España y el mundo latino: San Isidro, quien no sólo es patrón de Madrid sino también de los agricultores y campesinos.

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San Isidro, a quienes su padres pusieron así en honor a San Isidoro, un arzobispo muy querido en la historia española, tiene una historia muy noble e interesante, aunque es difícil de confirmar debido a que vivió a finales del siglo XI. Aún así, un sinfín de escritores renombrados han hablado de él, incluyendo Lope de Vega.

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Una de las cuestiones importantes de San Isidro es que fue uno de los primeros santos de origen humilde, pobre, y no alguna figura de la nobleza o realeza. Era un personaje del pueblo para el pueblo, en una de las labores más básicas e importantes de la humanidad: el trabajo del campo.

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Al parecer Isidro venía de una familia muy pobre y humilde, pero religiosa, quien le inculcó el amor a Dios desde pequeño. Sin embargo, tuvo que empezar a valerse por sí mismo desde los 10 años al quedar huérfano y comenzar a trabajar primero como cavador de pozos y luego como labrador.

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Pasó la gran parte de su vida trabajando las tierras, labrando y cultivando, pero siempre antes de ir a trabajar, a las seis de la mañana, tenía que ir a rezar y escuchar misa a la Iglesia, aunque quedara del otro lado del pueblo. Por esto mismo, llegaba una hora tarde a trabajar y despertó la ira y envidia de sus compañeros.

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Curiosamente, mientras él estaba en la Iglesia, el cuento explica que sus tierras y los bueyes que tenía a cargo Isidro, araban muy bien, como si los estuviera él mismo trabajando, y era un mismo ángel que se encargaba de cuidarlos mientras el campesino iba a orarle al Señor.

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No obstante, sus compañeros de trabajo, resentidos y envidiosos porque Isidro diario llegaba más tarde que ellos, lo acusaron con el jefe de ausentismo y abandono del trabajo, pero los directivos notaron que de todas formas todo su campo estaba en el mejor de los cuidados.

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A pesar de ganar poco dinero, Isidro dividía su sueldo en tres partes: la primera para la Iglesia, la segunda para los pobres y la tercera parte ya era para el sustento de su familia, que incluía un pequeñín. Isidro se casó con otra mujer humilde, otra campesina que llegó a ser santa y a quien se le conoce como Santa María de la Cabeza.

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Las nobles labores de Isidro no acababan en el campo, pues en tiempos de nieve y frío regaba semillas para los animales y compartía su comida con mendigos y gente pobre. También visitaba a gente enferma y más humilde que él para asistirles en lo que podía.

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Uno de los milagros que se relacionan con su vida es que un día, mientras paseaba con su esposa y su hijo, el pequeño cayó en un pozo profundo del cual no podían sacarlo. Sin la posibilidad de conseguir ayuda, rezaron a Dios, y poco a poco el nivel del agua comenzó a subir y rescataron al niño de la cubeta o canasta donde estaba.

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Para llevar una vida más santa, la pareja se separó. Mientras Isidro llevaba su labor de oración a Madrid, María se quedó en Caraquiz cuidando una ermita, donde barría y hacía labores de aseo. Fue un ángel quien le informó que su esposo estaba muriendo.

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Según algunos relatos, alrededor del año 1130 Isidro al sentir que iba a fallecer confesó sus pecados y recomendó a sus seres queridos que tuvieran mucho amor a Dios y mucha caridad con el prójimo, y murió en santa paz.

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Se le enterró en una caja normal de madera en la parroquia de San Andrés. Conforme pasaba el tiempo y se escuchaban sus nobles labores, ante la insistencia del pueblo se le iba a dar sepultura en el interior del templo y 40 años después, al exhumar su cuerpo, se dieron cuenta que seguía igual como si apenas hubiera fallecido el día anterior.

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Esto es importante porque cuando el rey Felipe III estaba gravemente enfermo y a punto de morir, escuchó sobre Isidro y, al ser exhumado, se le fue la enfermedad y se curó. Por eso intercedió ante el Papa por él para que lo canonizaran. Y así fue, en el año 1622 junto a otras figuras como Santa Teresa, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri.

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En 1657 el arquitecto fray Diego de Madrid comenzó a levantar la capilla de San Isidro -primer ejemplo del barroco madrileño-, a un lado de la iglesia de San Andrés, y que estaba destinada a contener la urna del santo, cuyo traslado se produjo definitivamente en 1669.

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Actualmente, el 15 de mayo se realiza en varias ciudades españolas las fiestas de San Isidro, en donde la gente viste sus mejores galas y se realiza una procesión llena de baile, música y festejos en su honor.

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Además, se agradece por el año de buenas cosechas y se hacen ofrendas y altares, no sólo en España, por la gran figura que se ha convertido en patrono de los agricultores por todo el mundo.

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