La selenita es una piedra muy sencilla y algo común, pero de increíble belleza, pues viene inspirada en el poder lunar. Su nombre viene de Selene, la diosa griega de la Luna, quien encarnaba la luz, tranquilidad, bendición y el amor puro.
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La selenita es famosa por su transparencia y el resplandor que emana su cristal, que recuerda y remite al rayo puro de luz blanca que recibimos de la Luna.
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Viene de la familia de los yesos, y se forma a través de la evaporación del agua de mar y puede estar tanto ahí como en lagos. Su estrecha relación con el agua la vincula directamente con los signos de este elemento y les ayuda a resolver problemas de índole emocional.
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Como es algo común, hay quienes aprovechan la suavidad, reflexión de la luz y flexibilidad de la selenita para ayudar en la construcción de paneles, yesos, cementos, cerámicas y otros materiales para acondicionar el suelo.
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Pero a nivel esotérico, es uno de los mejores cristales disponibles para limpiar las energías tóxicas o la negatividad del propio cuerpo físico, y para ayudar a uno a conectarse conscientemente con el Ser superior.
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La selenita es un cristal muy sensible que puede luchar contra la energía negativa y limpiar ambientes. Veamos cómo funciona esta capacidad divina de aclarar nuestro entorno y nuestra mente.
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Tiene una vibración muy fina que se conecta con los chacras de la corona, aportando claridad mental, una paz profunda y una relajación ideal para cuando estemos meditando o en un ejercicio de introspección o trabajo espiritual.
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Esto es que la selenita inspira una profunda paz, y emite una fina frecuencia e intensidad de energía que sobrepasa casi todas las piedras para abrir, limpiar y activar los Chakras de la Corona y de la Corona Superior.
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El Chakra Corona, el que tenemos en la cabeza, es una puerta de entrada al universo expandido y controla cómo uno piensa y responde ante el mundo y claro, conectado con nuestro cerebro.
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La selenita obliga a la persona que lo está cargando o portando a ser honesta consigo misma, pues elimina los bloqueos de energía y permite una fluidez o descarga de esa misma energía que va limpiando y aclarando todo.
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Nuestros chacras se sentirán plenamente purificados, y nos sentimos libres de negatividad, toxicidad o inhibiciones. Esta es la piedra ideal para conectarse con guías espirituales o ángeles guardianes.
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Tiene una característica muy interesante que sólo la selenita tiene, que es la energía de limpiar los cristales restantes. Así que cualquiera que trabaje con cristales no debe dudar tener una selenita para ayudar a renovar y recargar otras gemas o piedras.
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La selenita se puede utilizar para calmar y estabilizar las emociones erráticas y para eliminar la confusión, sentimientos de ansiedad, de insuficiencia, los celos, dudas, incertidumbres u otras formas de negatividad.
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A nivel psicológico, potencia el juicio y la comprensión y, a nivel mental, limpia la confusión y dispersa y estabiliza nuestras emociones. Llegará una claridad que te refrescará al 100%.
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También puede usarse para formar una capa protectora en casa, creando un espacio seguro donde no se permitiría la entrada de influencias externas y negativas. Déjala cerca de la entrada de tu hogar.
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Como ayuda a crear un ambiente seguro y limpio, puedes usarla en caso de que tengas o conozcas un pequeñito que tenga miedo a la oscuridad. Una selenita en su habitación atraerá la bella luz de la Luna y brillará mientras ellos duermen.
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Otro uso esotérico es relacionado al embarazo y la maternidad. Atrae el amor, la fertilidad y ayuda a propiciar la calma durante los meses de gestación y reducir el estrés y ansiedad.
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Además, se cree que tiene una peculiar relación con nuestra columna vertebral, al alinear los chacras desde la cabeza. Así, hay quienes la portan para fortalecer los huesos y ayuda a gente que padece de artritis o dolores en las articulaciones.
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Así, la selenita nos ayuda a recalcarnos esos problemas sobre los que aún estamos trabajando y nos muestra la mejor manera de resolverlos, gracias a la claridad mental que brinda.
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Nos ayudará a 'desmenuzar' el problema, para comprender qué es lo que está fallando, descifrar cuál es el problema y buscar la mejor solución a su nivel más claro y profundo, todo inspirado en el gran poder de la Luna.