Las madreselvas son el nombre popular con el que se conoce a una serie de plantas de la especia loniceras. Son arbustos arqueados, trepadores, la mayoría con dulces fragancias y flores con forma de campana. En inglés se le conocen como 'honeysuckle' y otra variante en español es chupamiel o hasta 'pata de cabra'.
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Suelen ser plantas trepadoras de hoja caduca con un crecimiento rápido y florecimiento continuo siempre que el clima se mantenga cálido, así que suelen darse a partir del fin de la primavera e inicios del verano.
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Las flores contienen un néctar muy dulce, que dan un perfume muy oloroso. Su color puede variar, desde blanco, amarillo y rosado, hasta tonos cremas y corales. Las bayas o moras de esta planta, rojo anaranjadas, son muy tóxicas por lo que no deben consumirse.
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La madreselva ha sido utilizada en medicina desde tiempos antiguos, pues se utilizaba para curar infecciones de vías respiratorias como la tos, asma, gripa, bronquitis, resfriados comunes o incluso la tuberculosis.
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Además de problemas respiratorios, se usa como expectorante y antiinflamatorio. Además, protege el hígado tonificándolo y le ayuda a recuperarse en caso de verse afectado con alguna enfermedad.
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También tiene propiedades diuréticas, para eliminar líquidos y depurar el organismo (retención de líquidos, artritis, piedras en el riñón). Esto se hace preparándola en té o infusión tras ser hervida.
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Pero las propiedades esotéricas de la madreselva son cuestiones bastante interesantes. De entrada, se le asocia con la sexualidad y al erotismo. Representa el laberinto o la misión de la persona que busca su alma gemela.
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Esto al parecer viene de la mitología griega, pues tiene que ver con el mito de Cloe y Dafnis, que eran dos amantes que vivían una historia de amor, pero estaban condicionados porque sólo se podían ver cuando la madreselva florecía, puesto que vivían muy lejos.
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Dafnis preguntó a los dioses si podían hacer que la madreselva floreciera más temporadas, para poder estar más tiempo juntos y fue Eros, dios del amor, quien les concedió el deseo.
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Inclusive hay una leyenda que dice que chicas adolescentes no pueden traer o cultivar en su hogar la madreselva, pues se creía que induce sueños eróticos.
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No obstante, el uso esotérico más popular de la madreselva tiene que ver con el dinero. Para fortalecer o mejorar nuestra economía, se enciende una barrita de incienso de madreselva durante unos segundos, se apaga la llama soplando y se coloca en el quemador hasta que se consuma.
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Además, poner flores de madreselva alrededor de una vela verde o simplemente teniendo la planta en un jarrón, se supone que atrae dinero inesperado y prosperidad a nuestras vidas.
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Otras diversas propiedades esotéricas se relacionan con su poder de purificar el ambiente y limpiar la energía negativa de la persona. Esto se logra también quemándolo como incienso.
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Estas labores de protección, en teoría suavizan el carácter y facilitan las relaciones con las personas en nuestro entorno. Ahuyentan las energías negativas y se va creando un ambiente cordial y tranquilo.
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Su esencia o aceite fortalece además la mente y la memoria. Despierta el séptimo chacra, atrayendo agudeza psíquica. Si frotamos flores en nuestras sienes, supuestamente también nos dará buenos sueños y claridad mental.
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Por último, por su irresistible y dulce aroma, se puede usar en rituales de amor para "endulzar" la pasión o el amor de una persona - similar a lo que conseguimos con la miel de abeja. Realzan el amor y la sexualidad de una persona.
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Así, la madreselva puede usarse tanto con sus flores frescas, o también secas disponibles como suplementos herbales o para tés o infusión. También hay en forma de aceite aromático, incienso y velas. ¡Descubre su poder!