Todos queremos mantener unida a nuestra familia, sea la más cercana, con nuestras parejas o hijos, o incluyendo a padres, suegros, hermanos, tíos...
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No obstante, sabemos cuán difícil puede llegar a ser la convivencia familiar. ¿Cuántas veces nuestros pequeños nos sacan de quicio? ¿Se portan mal o se ponen respondones?
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El Niño Prodigio nos trae esta semana un sencillo ritual para que consigamos un poco de ayuda amorosa de parte del esoterismo. ¡Es muy sencillo!
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Necesitarás cosas muy básicas: una hoja blanca, azúcar morena, miel de abeja, sal de mar, una vela blanca y muy importante, una cruz de Caravaca.
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La cruz de Caravaca son aquellos crucifijos de doble brazo horizontal. Según la tradición cristiana, una reliquia en la que Jesús fue crucificado y encontró luego Santa Ana. Existe en la región de Murcia en España el pueblo de Caravaca de la Cruz donde existe una basílica con cruces así.
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Si no tienes o no encuentras esta cruz, sobre todo durante estos días en que no puedes salir a la calle, puedes cambiarlo con tu crucifijo o rosario más preciado.
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Como si fuéramos pequeños, dibuja sobre la hoja en blanco tu casa y escribe los nombres de tus seres queridos alrededor.
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Dentro del dibujo de tu casa, pondrás tu nombre, como el miembro del hogar que desea repartir protección, salud y amor a los demás.
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Toma un poco de la miel y rodea con ella los nombres de tus familiares sobre tu dibujo en la hoja.
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Espolvorea encima de la miel un poco de azúcar morena, que brinda protección a muchos hechizos.
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Dobla entonces tu dibujo en cuatro partes.
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Sobre el dibujo doblado, cúbrelo con sal de mar, que sirve para la protección, prosperidad y purificación.
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Enciende la vela blanca junto a tu dibujo, sostén tu crucifijo de Caravaca y es hora de anunciar en voz alta una oración.
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"Conjuro con esta cruz a todos mis seres queridos para que vivan en un mundo de luz y que los ángeles fortalezcan mi amor para que la paz siempre esté en mi hogar. Amén".
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Después, lleva contigo a todos lados tu cruz de Caravaca, que funcionará como amuleto. Verás cómo tu ambiente familiar mejora. ¡A ser felices con ellos!
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