A diferencia de otros rituales que te hemos presentado, este es más un ejercicio de introspección con tips un poquito esotéricos o espirituales que podemos usar para darnos nosotros mismos ese 'empujoncito' hacia adelante, con la frente en alto y, como decimos los latinos: echa pa'lante. Crédito: Shutterstock
Nada mejor que el deseo que hacemos antes de soplar las velitas del pastel, bizcocho, torta, 'cake' o como le llames según tu cultura. Nosotros los latinos hasta tenemos curiosos rituales o supersticiones, como el de poner un anillo en las velas. ¿Quién no lo ha hecho antes? Crédito: Shutterstock
El punto es que el deseo de tu pastel es la oportunidad perfecta para hacer no sólo un deseo, sino un propósito de vida. ¿Qué quieres lograr en este nuevo ciclo? ¿Conseguir tu trabajo ideal, viajar a un punto en específico, pasar más tiempo de calidad con tus seres queridos? Las posibilidades son infinitas. Crédito: Shutterstock
Ahora, separa una rebanada del pastel que nadie debe tocar para presentarlo como 'ofrenda' en el altar a esa deidad o figura religiosa o familiar a quien están honrando - puede ser Dios, la Virgen María, algún angelito o pariente que se ha ido y te está cuidando desde otro plano. Crédito: Shutterstock
Dile a esa persona o figura que estás ofreciendo y compartiendo esta fiesta y celebración con él-ella y que les expresas tu amor y gratitud. Si quieres rezar o dedicar unas palabras, muy bien. Toma una pequeña mordida de la rebanada como muestra de que lo compartes con ellos y agradece una vez más. Crédito: Shutterstock
Analiza cuáles fueron los retos que tuviste, si los pudiste superar o no, qué te impidió hacerlo, qué te gustaría haber hecho diferente, así como qué esperas lograr en el siguiente ciclo y cómo lo harás con la mejor energía posible, emanando buena vibra al Universo. Crédito: Shutterstock