Este es el Hotel del Salto, ubicado a un costado del famoso Salto de Tequendama en el Río Bogotá, situado a unos 30 kilómetros al suroeste de Bogotá, Colombia. Un hermoso lugar con una vista inigualable que tiene detrás una historia de terror que ha cautivado a amantes de lo paranormal.
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La casa victoriana fue construida en 1923 por el arquitecto Carlos Arturo Tapias. Con su bella arquitectura y posición envidiable junto al río y el Salto, se pretendía que fuese un símbolo de la opulencia y estilo del Colombia de inicios de siglo.
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Pero fue en 1928 cuando el edificio fue inaugurado como el Hotel del Salto, dándole la bienvenida a turistas de todas partes del mundo que querían apreciar de cerca el Salto de Tequendama; esa maravillosa cascada que proveía una vista encantadora, a sus 160 metros de altura.
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Pero esa posición del hotel junto al acantilado también invitaba a algo más macabro: era un lugar ideal para quienes querían acabar con su vida. Pronto, mucha gente iba a la mansión con la mera intención de saltar al vacío y suicidarse.
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Según leyendas locales, los indígenes Muisca solían saltar de la cascada de Tequendama, para evitar ser capturados por los conquistadores españoles y tenían la creencia de que si se lanzaban, se transformarían en águilas y volarían hacia su libertad.
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Mucha gente con el corazón roto también vio que el hotel era el sitio ideal para terminar su vida. Pero según reportes, la situación era tan grave que al menos una persona al día se suicidaba, durante al menos tres décadas, lo cual significa que alrededor de 9 mil personas habría muerto ahí.
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Supuestamente, inclusive había personal encargado específicamente en vigilar las instalaciones, con tal de cuidar y evitar que la gente se matara. A pesar de tener constante cuidado, no podían impedir que continuaran las muertes.
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Y es que además, el Salto del Tequendama era no sólo el escenario ideal para brincar al vacío, sino que los cuerpos de las personas raramente eran recuperados. Entonces eso agregaba el "atractivo" del lugar para los suicidas, que querían desaparecer por completo.
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También era un recurso para personas enfermas o moribundas y gente pobre que no quería que su familia se quedara con los gastos de un funeral y entierro.
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Con los años, el Hotel se forjó no sólo un mal nombre por tanto suicidio, sino también porque se consideraba que el lugar estaba embrujado con los espíritus errantes de las miles de personas que se han quitado la vida ahí.
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Como un típico lugar embrujado, existen cuentos, relatos y reportes de gente y personal que asegura haber visto apariciones en los pasillos, pero sobre todo, de escuchar voces extrañas dentro y fuera del lugar.
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Hay quienes aseguran que hay un particular lugar, llamado "la piedra de los suicidas", donde se dice que se oyen voces y al acercarse, la gente se siente rara, como si sufrieran un repentino vértigo.
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Estas "voces del más allá" que invitarían a la gente a tirarse al vacío han sido culpadas de varios accidentes y muertes, ya que hay reportes de personas, al parecer normales y sin problemas, que se separan de su grupo o familia para irse a tirar.
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Con el paso de los años, el hotel fue perdiendo turismo hasta que cayó en el abandono en la década de los 90 y decidieron cerrarlo. También se le atribuyó a que el río Bogotá es uno de los más contaminados del país y era dañino para los alrededores y las instalaciones.
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Dos décadas después, en 2011, el hotel fue reabierto como la Casa Museo Salto de Tequendama Biodiversidad y Cultura, cuyo objetivo es hablar de la contaminación del río y crear conciencia sobre la ecología y cómo no seguir destruyendo nuestros ecosistemas.
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Sin embargo, la gente asiste por la tétrica historia del lugar, rodeado de neblina y con una atmósfera inquietante. Actualmente se dice que siguen habiendo suicidios por el risco (no desde el Museo, muy bien vigilado) pero no a niveles dramáticos como existían hace décadas.
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Como el lugar es de difícil acceso y tiene un pequeño estacionamiento, hay tours especiales que llegan desde Bogotá, con cientos de turistas que llegan a descubrir la tragedia detrás del lugar - y hasta ver si escuchan o ven por ahí algún "fantasma".
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Aunque ahora se resalten las acciones del museo, el sitio siempre será recordado como el siniestro hotel en donde murieron miles y que es considerado no sólo uno de los más "embrujados" de Colombia, sino del mundo entero. ¿Te animarías a ir?