Como mujer, habitando un cuerpo femenino, hay temas arquetípicos que se resuelven y liberan mucho más rápido estando en compañía de otras mujeres. Está científicamente comprobado, y ha sido históricamente celebrado.
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Por ejemplo, en las tribus, las mujeres se reunían en Círculo y con esto resolvían, en sinergia, toda clase de temas individuales y colectivos.
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Desafortunadamente, la mayoría de las mujeres fuimos criadas en un paradigma de dominio que nos llevó a fuertes luchas con nuestro propio hogar: el cuerpo-templo vibrante, sin el cual, nada de lo que percibimos y vivimos sería posible.
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Estar peleadas con el cuerpo, nos llevó a estar separadas de nosotras mismas. Además, también se nos enseñó a procurar ser “perfectas”, en primer lugar en la imagen corporal, pero luego, a medida que crecimos, a ser perfectas en nuestra capacidad de dar.
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Esto condujo a que olvidáramos darnos poder a nosotras mismas. Es importante recordar que la adolescencia despierta con fuerza a la vida sexual, y una mujer tiene todo el poder de la Doncella, generadora de movimiento y vida.
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Es tan importante que las adolescentes participen de los Círculos y puedan llevar su consciencia despierta a una juventud amenazada por olvidar el contacto directo, perdido en las ondas de los teléfonos celulares.
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Por su parte, la mujer madura, ya girando en los ciclos menstruales, ha de tomar consciencia de que su premenstrual, no es solo de ella, es un movimiento purificador de su vientre, que asume como propios los movimientos emocionales que su entorno no ha podido procesar.
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Por último, la mujer atravesando la menopausia, también tiene en sus manos enormes posibilidades, tanto para ella, como para el Planeta. La creación en cuerpo femenino, tiene unas características particulares.
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Se trata de hacernos conscientes de que, por ser mujeres, somos magnéticas por naturaleza; y, también, de hacernos conscientes de que, para crear el paraíso que cada una sueña, y dejar de recrear el pasado, repitiendo el dolor y las heridas, hemos de subir en frecuencia.
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Lo anterior implica, vibrar diferente, resonar en una determinada banda energética, que es la banda generada por el corazón físico, mucho más poderosa que la del cerebro.
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Primero, intenta alcanzar la frecuencia del Amor, perfectamente medible y científicamente comprobable. Del Amor para arriba, si consigues mantener esa frecuencia generada por el corazón físico, todo comenzará a venir a ti en sus formas más armoniosas.
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Se abrirán caminos inesperados en todos los aspectos prácticos de tu vida; mejorará tu salud, tu economía, tu creatividad, tus relaciones; todo se amansará y florecerá bajo ese magnetismo del Amor que tú Eres. Para conocer más al respecto, visita:
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